La next-gen nos pone ojitos mientras damos los últimos volantazos con las veteranas consolas. Codemasters se despide con mucho cariño de ellas con una entrega de Dirt espectacular y digna de ser tenida muy en cuenta por los amantes de la velocidad.
La generación que toca a su fin nos ha dejado un gran sabor de boca a todos los que nos gusta la conducción. Han sido muchos los títulos que nos han quitado el mono de velocidad con su gran propuesta, pero como buenos aficionados al mundo del motor, nunca estamos satisfechos del todo. ¡Siempre queremos una vuelta más! Codemasters nos da ese último deseo. Os lo contamos en el análisis de Dirt 5.
Todo un principio tiene un final. Y todo final, un principio. Dirt 5 nos llega como juego de última hora a la actual generación de consolas, pero también abre la nueva. Nos vamos a centrar en el juego de las presentes máquinas. Ya llegará el turno de ver cómo se desempeña en la next-gen.
Cualquier juego de Codemasters viene con un sello de garantía en sus productos. La veterana compañía lleva dedicada al mundo del motor desde hace mucho tiempo y eso se nota en cualquiera de sus videojuegos. No siempre logran destacar como un magnífico juego, pero en cada uno de sus lanzamientos nos podemos quedar con varios aspectos realmente bien trabajados.
Es el caso de la saga Dirt (no confundir con Dirt Rally). No he sido un gran defensor de los juegos previos a Dirt 5. Siempre me ha parecido que su propuesta se quedaba a medio camino entre lo espectacular y lo divertido. Sus juegos anteriores pecaban de intentar traernos un espectáculo visual en lugar y la diversión se acababa a la tercera vuelta.
Este último punto es especialmente doloroso. Dirt es una saga que pretende alejarnos de la simulación pura y dura para que los que nos somos tan duchos al volante tengamos diversión instantánea, pero no lo consiguió en muchas de sus entregas. Afortunadamente, todo ha cambiado en las últimas entregas.
Dirt 5 es la culminación de las mejoras que ya se veían en la anterior entrega. Codemasters ha arreglado todos los desaguisados cometidos y nos presenta un título de conducción que sobre todo es divertido. A los mandos del juego nos sentiremos con ganas de seguir participando en sus pruebas una y otra vez, lo que da una buena muestra de sus grandes cualidades.
No hay nada mejor que decir a un juego de que es adictivo. Puede tener apartados vistosos, un cuidado gameplay o una narrativa fantástica, pero si nada de eso consigue atraernos, poco más puede hacer el juego. Obviamente, aunque se podría meter, la narrativa está lejos de tener sentido en un título arcade como este. Cuenta con el modo Trayectoria en el que, más o menos, parece contar una historia, pero nada que importe realmente. Tan solo es la puerta que atravesar para sentarnos al volante.
Dos locutores nos animan en todo momento a jugar. Están doblados al castellano con cierta eficiencia. No será el mejor doblaje que escuches, pero nos basta para prepararnos a competir en todo tipo de circuitos y con una gran variedad de vehículos.
Esta es una de las armas principales de Dirt 5. Su gran variedad. Tenemos varias localizaciones para correr, junto con vehículos de todo tipo. Y cuando decimos de todo tipo, no queremos decir que habrá diferentes modelos de los típicos coches de carreras. A nuestra disposición estarán los más extravagantes vehículos que puedas pensar. Todos ellos listos para hacer bueno al nombre del juego y ensuciarse en barro, nieve o lluvia.
El clima meteorológico nos influenciará más de la cuenta a la hora de encarar una carretera. Aquí es donde el espectáculo visual alcanza su nivel más alto. Es verdad que en consola, en las actuales, este apartado se queda más descafeinado si lo comparamos, por ejemplo, con un PC o con lo que hemos podido ver en la next-gen. Aunque sin duda también nos regala grandes momentos.
Codemasters ha pensado en todos ellos y ha incluido, al menos en PlayStation 4 Pro, la posibilidad de probar dos opciones gráficas. Es algo que veremos mucho a partir de la próxima generación, sobre todo en Xbox Series S, y que ya hemos tenido algunos juegos que hacían gala de ello. Dirt 5 nos da la opción de elegir entre más detalles gráficos o más estabilidad en el framerate. Una de esas opciones limita los frames a 30 por segundo, pero activa un mayor espectáculo visual, mientras que la otra elimina algunos detalles gráficos para dar importancia a los 60 frames por segundo.
Cada uno tendrá que seleccionar la opción que más le convenga. La iluminación del terreno es el punto que más se pierde eligiendo jugar a 60 fps. Dirt 5 es un juego que refuerza mucho este aspecto, con grandes aparatos lumínicos durante todo el recorrido. Hay desde carteles luminosos hasta cañones de humo o fuego. Por la noche destacan todos ellos, pero sobre todo si activamos el mayor nivel gráfico. Es impresionante hacer un recorrido nocturno, pero también lo es a plena luz del día, donde los rayos de sol o el contraste de luz al salir de un túnel puede hacernos incluso hasta perder el control.
Todo ello queda más diluido si elegimos jugar a 60 fps. Toda la parafernalia seguirá presente, pero a una escala sensiblemente inferior. No obstante, es delicioso conducir con esa velocidad de frames. Los 60 cuadros por segundo deberían ser un estándar en consolas, pero tras una generación que no ha sabido (o podido) estar a la altura, esperamos que la siguiente sí lo esté. Este selector gráfico es una buena señal. Creo, y espero, que tendremos que habituarnos a cambiar los parámetros gráficos en consola, aunque no será nada complejo como ocurre en PC.
Si a nivel gráfico Dirt 5 puede presumir de un gran acabado, a nivel sonoro es una auténtica brutalidad. En carrera los efectos sonoros están bien conseguidos. No son lo más destacado del juego, pero cumplen a la perfección. Donde más nos impresiona, y lo hace de una forma totalmente espectacular, es en la banda sonora. Veníamos advertidos, y ya habíamos escuchado parte de ella en la beta que pudimos jugar hace unos meses, pero es que es digna de escucharse una y otra vez. Una de las elecciones musicales más espectaculares hechas para un videojuego.
Dirt 5 no contiene una excesiva profundidad en sus modos de juego. Arcade, Trayectoria, modo online y poco más. Por supuesto, Playgrounds es el más espectacular de todos ellos. Ya lo pudimos probar en la mencionada beta, y aquí demuestra que es lo mejor de este título y sitúe a la franquicia al fin en un alto nivel. Es el ‘Mario Maker’ de los juegos de coches. A nuestra disposición tenemos diferentes arenas y herramientas para crear nuestro propio circuito, subirlo online y esperar a que batan nuestros récords en él.
Playgrounds nos lleva irremediablemente a esos años en los que hincábamos las rodillas en nuestra habitación y creábamos un circuito con cintas de cassette, bolígrafos, rotuladores y todo lo que nos pillaba más a mano. Los coches de juguete ahora son veloces vehículos en nuestra pantalla, y los elementos más profesionales sustituyen al bic naranja del colegio. El espíritu es el mismo.
Todo tipo de jugadores puede jugar a Playgrounds. Aunque no tengas un nivel creativo especial, siempre podrás elegir los circuitos creados por la comunidad. Y si tienes una mente creativa, pues seguro que pasas horas y horas enganchado al fantástico editor. Una vez cogido el truco, puede ser una herramienta muy potente para asegurar la continuidad en el tiempo de Dirt 5.
Esta quinta entrega de la saga de Codemasters parece tener todos los aspectos positivos. Nada nos gustaría más, pero no es así. Ya lo veníamos advirtiendo desde la pasada beta, pero no se ha solucionado el peso de los vehículos. Puede que sí hayan metido algo más de peso, pero al final siguen comportándose de una manera extraño en los saltos, brincos y accidentes. Mientras apoyan las cuatro ruedas en el suelo, todo parece marchar bien. Sin embargo, hay accidentes, en todos los modos de juego, que no se sienten reales.
Dirt 5 es un juego arcade, de eso no hay duda, pero tampoco parece que eso signifique que un coche pueda adelantar a otro levantándole por detrás como si estuviéramos apartando una cortina de nuestro camino. Esos momentos nos sacan del juego completamente. No puedes apostar por un apartado gráfico tan espectacular para luego no mostrar un comportamiento más o menos real en los coches. Alejarse de la simulación no significa romper las leyes de la física.
En definitiva, Dirt 5 es un espectacular título de conducción que sitúa a la franquicia en el nivel esperado. Siempre había rayado por debajo de sus posibilidades y Codemasters ha sabido encontrar el punto exacto entre diversión y brillantez técnica. El modo Playgrounds sin duda será el que más tiempo nos deje pegados a la pantalla. Aunque el modo Trayectoria y el sempiterno Arcade nos dará algo de variedad dentro del conjunto. Muy buena propuesta para cerrar la andadura de la saga en las consolas actuales.