Blizzard nos trae una edición prácticamente insuperable de su (por ahora) último juego de la saga. Os lo explicamos todo en el análisis de Diablo III Eternal Collection para Nintendo Switch.
Blizzard ha llevado a Nintendo Switch una de sus últimas creaciones. Y aunque llega con «bastante» retraso (es un juego de 2012), hay que reconocer que el port es sublime. Vamos con el análisis de Diablo III Eternal Collection para Nintendo Switch.
Por supuesto, no vamos a hablar en este análisis del juego en sí de Diablo III ni de su expansión, que viene incluida en el pack. Para eso tenemos su análisis donde os explicamos los pros y los contrar del título de Blizzard.
Como siempre que cae en nuestras manos una remasterización, lo que haremos será hablar de las diferencias entre esta y el original. Sí, llamadnos vagos, pero es que lo somos.
Rendimiento por encima de todo
Cada una de las veces que hemos tenido un port en Nintendo Switch, lo primero que hemos valorado ha sido la fluidez del juego. Y la verdad, teniendo delante un juego que es de PlayStation 3 y que posteriormente tuvo un por a PlayStation 4 habría sido para darles unos cuantos palos a Blizzard si esto no se hubiese cubierto con creces.
Pero como casi todo lo que hace Blizzard, la cosa está hecha con mucho mimo. Y esto significa que el juego no presenta ni un solo fallo en su ejecución. La fluidez del combate, del movimiento, la respuesta de los controles o el paso entre zonas. Todo va a la velocidad que podríamos desear, tanto si estamos en el dock como si tenemos la consola entre las manos.
Y esto es importante remarcar. No hay reducción en la velocidad, iluminación o similares al tener la consola en modo portátil. Y dad gracias, porque un juego de acción de estas características no lo habría aceptado.
No echamos en falta nada que se haya hecho para garantizar esta fluidez. Los modelados, los gráficos y los escenarios siguen siendo los mismos de siempre. Pero, como digo, si esto no hubiese sido así, Blizzard habría estado en un serio aprieto. Que desde 2012 han tenido tiempo para perfeccionar el juego.
Apartado gráfico, sonoro y esas cosas que tanto os molan
El rendimiento de Diablo III realmente es espectacular, pero tampoco se queda atrás el apartado gráfico. Nintendo Switch no echa tampoco de menos potencia por ningún lado a la hora de mostrar lo que es el juego.
Vamos a encontrar unos escenarios igual de detallados que en sus versiones anteriores. Y sí, repito, sé que es un juego de 2012, pero esta edición responde a las más recientes de la saga.
Tanto en pantalla de televisión como en modo portátil, el juego tiene una escala ideal para jugar. El primer miedo que tenía cuando lo cogí es que los subtítulos y los textos hubiesen sido muy pequeños en el modo portátil. Pero la verdad es que para nada ha sido así.
Se disfruta, se ve y se juega sin problemas en cualquier modo. Y esta vez, y a diferencia de otros juegos, la falta de cruceta en el joy-con izquierdo no nos molesta para nada. Es más, se agradece porque nos deja unos accesos al juego muy accesibles.
Un poco de multijugador, por favor
Como cada vez que sale un recopilatorio o «definitive edition«, hay que admitir que esta es la mejor edición de diablo que nos vamos a echar a la cara. No es que me ponga nintendero ni nada por el estilo. Pero es que el juego ofrece lo mismo que sus hermanos «mayores», pero con mucho más.
Tenemos las temporadas, los retos, todos los añadidos y, además, un modo multijugador simplemente genial. Hablo, cómo no, del modo local, donde podremos jugar con amigos sin necesidad de conexión ni servicio premium de Nintendo.
Aquí nos vamos a encontrar con una fluidez increíble aún poniéndonos en manos de un anfitrión que no seamos nosotros. No hay lag ni retardo en el juego local. Es más, si teneis todos el volumen activado en vuestras consolas, vais a escucharlo todo en estereo, pero no hay ni medio segundo de diferencia entre lo que verá el anfitrión y lo que veremos nosotros.
El modo online funciona igual de bien. No hay ningún tipo de retardo y es una gozada jugar con los amigos. Tanto en un modo como en otro, lo mejor de todo es que cada uno tiene una pantalla. Y qué queréis que os diga, tras jugar a Diablo III en cooperativo en PlayStation 4 y tener que esperar a que mi querido marido deje de perderse por el camino, es una verdadera gozada dejarlo abandonado a su suerte mientras yo exploro por otro lado. Y todo eso, teniéndolo al lado para reírme de él con él.
Conclusiones del análisis de Diablo III Eternal Collection para Nintendo Switch
DIablo III Eternal Collection es la mejor versión que os podéis echar a la cara. Ya os lo he dicho, y lo repito. Sin embargo, el hecho de que os lo compreis o no ya es más un tema que no tiene demasiado que ver con esto.
En primer lugar porque es un juego al que muchos ya habréis jugado antes. En PC, en la anterior generación o incluso en la actual. Realmente no sé hasta qué punto merece la pena tener el mismo juego en Nintendo Switch que en PlayStation 4 si ya lo habéis quemado durante horas y horas. Pero, como os digo, esto es cosa vuestra.
Realmente, y si me permitís el atrevimiento, se juega mejor en la consola de Nintendo que en la de Sony o en PC. Y esto es una gran ventaja. Pero la decisión final es vuestra.