Había esperanzas en esta remasterización cuando pudimos echar el guante a la del primer juego y comprobar que estábamos ante una fórmula que, lejos de sentirse anacrónica, funcionaba en cantidades justas y bien enfocadas. Si quieres profundizar más en esto que decimos, pásate a echar un vistazo a nuestro análisis de Destroy All Humans! que realizamos hace unos años. Pues bien, ahora es el turno de que demos coba al análisis de Destroy All Humans! 2: Reprobed, la vuelta de Crypto a la actualidad, pero llegando más lejos en términos tecnológicos y visuales.
Si venías pensando que aquí ibas a encontrar un remake del tamaño de Resident Evil 2 o Final Fantasy VII: Remake, ya te voy adelantando que no, culpable. Lo que busca ofrecer Destroy All Humans! 2: Reprobed es simple: un sandbox clásico donde saciar nuestro apetito por la destrucción sin necesidad de demasiada justificación.
Tal es así, que controlamos a Crypto, un extraterrestre carente de cualquier respeto por todo aquello que le rodea y que muestra un desprecio absoluto por la mayor parte de los humanos, por lo que puedes dedicarte a absorberle el cerebro a la gente, lanzar sus cuerpos por los aires o arrasar con cada bien público o privado que te salga al paso. Por supuesto, para lograrlo no estaremos faltos de herramientas porque el juego cuenta con todo un arsenal de armas, a cuál de todas más disparatada: una pistola de rayos que nos permite electrocutar a varios objetivos a la vez, un disco que hará rebotar tanto a personas como a vehículos o la mítica sonda anal, todo un clásico de los alienígenas en la cultura popular.
Esto nos deja claro que el juego de THQ Nordic busca ser gamberro, mordaz, pero, sobre todo, muy divertido. La buena noticia es que lo consigue. Eso sí, su historia considero que tarda en arrancar hasta hacerse interesante, aunque una vez lo hace te mantiene enganchado hasta llegar al desenlace. Claro está, la fórmula para lograrlo reside en su propio protagonista, un alienígena que rebosa carisma en cada una de las cinemáticas y conversaciones del juego gracias a sus chistes de humor negro, su carácter malhumorado y la desgana con la que suele enfrentar la mayoría de tareas que su superior le encomienda.
Es innegable que el videojuego nos recuerda al clásico cine parodia de alienígenas como Mars Attack, de hecho esta entrega nos recuerda más a la película de Tim Burton que su antecesora, dada la facilidad con la que abraza el humor negro, siendo menos misterioso e intimidante. Y es que los tópicos de este género lo vemos representados con acierto tanto a través de sus personajes como de las situaciones que vivimos a lo largo del juego.
Siguiendo en el mismo punto, su ambientación, situada en un momento tan especial como 1969, sirve para que el viaje de Crypto nos lleve a relacionarnos con la famosa contracultura estadounidense que tantas veces hemos visto en el cine. Los hippies no sólo son divertidos por cómo están parodiados, con todos los clichés relacionados con su vestimenta, las sectas, el consumo de drogas o su pasión por «el amor libre», también suponen el contrapunto perfecto para la actitud belicista de nuestro protagonista.
El alienígena comenzará dando rienda suelta a sus fechorías en Bay City, pero esta no será la única ciudad que visitaremos. Como ya dije antes, aunque la temática hippie resulta divertida tal y como está representada, el juego en sí me ha dejado bastante frío en un inicio. Y es que una de las principales carencias de Destroy all Humans! 2: Reprobed reside en la interacción con las ciudades que recorreremos. Digo esto porque la base del juego no deja de ser la de un mundo abierto de 2006, lo que nos deja una sensación de artificialidad y falta de vida bastante acusada si lo comparamos con juegos más actuales.
Esto se acentúa cuando nos fijamos en ciertos elementos como la inteligencia artificial de los NPC, la cual es muy deficiente y si le sumamos el tráfico, pues apaga y vámonos, pues está muy lejos de sentirse orgánico, de hecho, es fácil tener la sensación de que estamos rompiendo el juego en cuanto interrumpimos la circulación y los vehículos se ven obligados a cambiar de dirección.
Por supuesto que pese a que el juego contiene muchos elementos positivos (y también negativos) no puedo dejarme en el tintero destacar aquellos que más me incomodaron. La mayoría versan en el mismo problema de raíz: el peso de los años en su fórmula. Una que se cimenta demasiado en la repetición reiterada de objetivos y situaciones, llegando a extenuarte.
No es difícil perder el interés en nuestro progreso. Mientras jugaba, tenía la sensación de que el verdadero motivo por el que quería superar las misiones era para poder seguir encontrándome con esas conversaciones tan divertidas y disfrutar de nuevas escenas donde se diese rienda suelta al humor negro tan característico de esta obra. Sin embargo, en ningún momento me sentí motivado a hacerlas por el simple disfrute de lo que tenía que hacer.
Destacan algunos jefes finales, aunque son pocos y la mayoría están acompañados de unos picos de dificultad algo descompensados con respecto al resto del juego. El control de Crypto es bastante satisfactorio y el hecho de poder desarrollar las armas y habilidades de nuestro marcianito nos proporciona una sensación de progresión bastante agradable. La peor parte se la lleva el platillo volante que, aunque también podremos mejorarlo, cuenta con un manejo bastante ortopédico y poco ágil que nos hará tirarnos de los pelos en más de una ocasión.
En este análisis de Destroy All Humans! 2: Reprobed he llegado a la siguiente conclusión: de nada sirve mejorar el aspecto visual de tu videojuego si eso no acompaña al resto de lo que puede ofrecer. No es la primera vez que nos encontramos ante un escenario similar, pues considero que son los mismos problemas de los que adolecían juegos como MediEvil o Crash Bandicoot: Insane Trilogy.
No obstante, al César lo que es del César, el título es muy divertido y te hincha el pecho de poder ver todo lo que puedes hacer a los pobres humanos con los poderes evolucionados de Crypto. Es cierto que pierde el factor sorpresa y casi tenebroso que tenía la primera entrega, dando lugar a muchas situaciones anodinas y misiones faltas de frescor, pero se compensa con un sentido del humor muy burdo que me ha despertado más de una carcajada.
Considero que si has jugado al original o si quieres un juego sencillo donde no darle demasiado a la sesera, Destroy All Humans! 2: Reprobed es una buena inversión. Además, ver se ve de lujo, sobre todo en PlayStation 5 (la versión sobre la que hemos realizado este análisis) donde podemos disfrutar de la experiencia a 4K y 60 FPS con una nitidez y efectos de luz que quitan el hipo.
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