Cooper no puede cumplir su venganza solo y toca pegarse una travesía de las buenas. Alucina con este análisis de Desperados III y sus posibilidades.
Si juegos como Commandos 2 os encantaron, atentos a lo último de Mimimi Productions, pues este os va flipar. El juego consiste en llevar a un diverso grupo de personajes en el oeste para ir superando niveles repletos de peligros. Si no queréis perderos prenda de todo lo que atesora, seguid leyendo nuestro análisis de Desperados III para PC.
La banda más diversa de todo el Oeste
El protagonista es Cooper, un bandolero bueno para todo que busca vengarse de otro que mató a su padre. Durante su búsqueda de venganza irá conociendo a nuevos personajes con sus propios intereses que tendrá que satisfacer para crear su propia banda. Cooper es ducho en el cuchillo, capaz de rajar gargantas sin miramientos, lanzarlo a distancia para acabar silenciosamente con quien haga falta y hasta disparar con dos revólveres a la vez.
Pero Cooper no es le único personaje con particularidades que controlaremos. Como digo, cada personaje cuenta sus propias características, tanto en personalidad como en lo puramente jugable. Tenemos a Mcoy, un médico capaz de inyectar veneno a sus víctimas de forma sigilosa o matarlos a distancia con su winchester entre otros trucos interesantes. Héctor, un mexicano cazador, capaz de partir a cualquiera con su hacha o hacer que su querida Bianca destroce a cualquier incauto que no mire por donde pise.
La bella Kate, experta en seducción, que no tendrá problemas en entretener a cualquiera con su labia así como propinar una buena patada en los cataplines al que se pase listo. Por último tenemos a Isabelle, una chamán africana capaz de usar vudú para controlar enemigos, ligar los destinos para hacer combos de muertes o incluso valerse de su gato Stella para distraerlos.
Fallar y volver a intentarlo, la clave de Desperados III
Ya veis que el grupo no está exento de recursos para liarla parda por los mapas. Y sus habilidades dan para jugadas muy interesantes, sobre todo si se combinan bien en el momento justo. Algo que por suerte se nos puede facilitar con el modo pausa, que nos permitirá programar acciones para después ejecutarlas todas a la vez pulsando solo un botón. Sí, la misma mecánica que ya habíamos visto en Shadow Tactics y que tanto echamos en falta en la remasterización de Commandos II.
Y es que Desperados III no es una aventura sencilla ni pretende serlo. El mínimo fallo puede ser mortal y es por ello que se vale del clásico Save Scum. O dicho de otra forma, guardar cada dos pasos con un botón, cargar rápidamente si la cagas con otro botón. Es muy típico despistarte o que algún factor se te escape y eso sirva para que suene la alarma y te maten a cualquier personaje en un visto y no visto.
Porque Desperados III ante todo, es una aventura de infiltración, no puedes ir a lo loco disparando como si eso fuese Red Dead Redemption, no. Aquí tienes que gestionar cosas como la visión de los enemigos, sus rutas y hasta sus intereses sexuales para poder avanzar. Tendremos que acostumbrarnos a eso de matar por la espalda y cargar con los cadáveres para esconderlos, entre otras acciones que serían indecorosas en otros juegos de estilo Western.
Enemigos a los que tomar el pelo puede salir muy caro
Los enemigos no perdonan ni una y a la mínima sospecha empezarán a buscar lo que esté fuera de lugar, si nos detectan nos coserán a tiros mientras llaman a sus colegas y a las tropas de refuerzo que saldrán de las casas marcadas como barracones. Así que sí, repito, nada de ir a lo Rambo, aquí la chulería se paga y con creces. También hay que estar atento a que no todos los enemigos son iguales. Está el clásico bandolero, designado como pistolero, que es más voluble a las artimañas y engaños de los personajes, y los ponchos, que no se dejan engatusar tan fácilmente, van equipados con mejores armas y tienen una mejor visión.
Pero los más complicados de gestionar son los casacas, bandoleros musculosos que ejercen el rol de líderes. Tienen rutas más trabajadas que sus compañeros, no funciona ningún truco con ellos (incluso son capaces de ver a través de los disfraces de Kate) y tampoco se les puede matar de una puñalada por la espalda. Se precisan de combos entre personajes para acabar con ellos o que vaya directamente Héctor, con su hacha, a hacer el trabajo sucio.
Sí, Desperados III es un juego complicado, pero eso no quita que una vez le pillemos el punto y nos salgan nuestras primeras sinergias con éxito las saboreemos como si no hubiese un mañana. Es muy satisfactorio ver que una idea loca se puede materializar y esta tiene éxito, aunque sea por la salvedad de unos segundos de margen. Pero esto no sería posible si no dispensase un gran diseño de niveles. Los mapas tienen un trabajo tremendo en lo artístico, eso es innegable, pero funciona a la perfección como escenarios a los que sacar partido a la infiltración.
Pantanos, salones, ranchos… Diversidad por encima de todo
Esto es un elemento muy importante en este género tan particular y no es fácil conseguir un buen equilibrio entre mecánicas y mapeado. Pero aquí todo está ajustado al milímetro para que cada personaje y elemento interactivo tenga una precisión milimétrica con la que se sienta natural lidiar. Incluso aquellos puntos que podemos controlar con la tecla control, como una roca a punto de desprenderse y que puede aplastar a unos enemigos, se entienden como coherentes. En ese aspecto, así como el mecánico, Desperados III hace un trabajo perfecto y envidiable.
Además de que el juego nos pica a repetir niveles para conseguir placas, las cuales representan hazañas complicadas o raras de realizar o conseguir objetivos secundarios con afán de sacar mejor puntuación al acabar el nivel. Cuando esto sucede también tendremos la ocasión de ver cómo lo hemos hecho, con una visión del mapa general a gran velocidad que nos dice cómo hemos matado a los enemigos, los guardados y cargas que hemos realizado y el tiempo invertido en el nivel. Pero esto es algo para los más pros o si queréis mejorar a propósito, porque superar un nivel en 15 minutos las primeras veces es toda una odisea, más cuando lo normal es que nos dure una hora de media cada uno.
Y no nos olvidemos de los desafíos. Los cuales nos permiten repetir niveles con propiedades especiales para hacerlos más difíciles si cabe. Los mismos se irán desbloqueando para acceder en el menú conforme vayamos avanzando en la historia.
Unity haciendo proezas imposibles
En lo audiovisual no tengo mucho que aportar. Vosotros mismos ya estáis viendo en las imágenes que el juego captura de forma sublime la estética western y que los filtros ocres le dan ese sentimiento del oeste tan característico. Lo curioso es que el juego se ha creador a partir del motor Unity, uno que suele ser bastante problemático de usar pese a lo barato de sus especificaciones, pero el resultado es realmente asombroso. Incluso en optimización no vemos ningún problema en ordenadores de gama baja y media para correrlo a más de 60 frames por segundo.
En lo sonoro lo mismo, tenemos una serie de pistas rancheras que ambientan a la perfección nuestras acciones, sumado a un doblaje que nada tiene que envidiar a superproducciones como Red Dead Redemption 2.
Siendo totalmente sincero, si te apasiona este subgénero de la estrategia, Desperados III es quizás el mejor exponente que tenemos en la actualidad. Está más refinado en dificultad que Shadow Tactics y está a años luz en posibilidades de lo que ofrece Commandos 2 Remastered. Además de suponer un bocado exquisito para todo amante de las historias western. Sin duda alguna estamos ante una de las sorpresas de este 2020 para vuestro servidor.