Hoy en nuestro análisis de Defunct os presentamos a una fusión entre el mundo de WALL-E y los Sonic modernos que, por desgracia, no coge lo mejor de ambos mundos.
A pesar de ser uno de los iconos más representativos de los videojuegos, pocos son los títulos que se atreven a beber de las mecánicas de Sonic. Sin embargo, el estudio sueco de Freshly Squeezed se han atrevido a llevar el aire de los Sonic modernos a su primera obra. Os dejamos el resultado en este análisis de Defunct.
Corriendo por una Tierra desolada
Imaginaros la Tierra que nos pintó Pixar mediante WALL-E. Un páramos lleno de basura, chatarra y sin humanos. Pues bien, Defunct nos ofrece exactamente la misma situación. Y no solamente eso, sino que también contamos con un protagonista similar al héroe del film. Eso sí, aquí las cosas son un poco distintas. El robot en cuestión ha caído a la Tierra, y debe darse prisa para volver a su nave antes de que abandone el planeta.
Con esta sencilla excusa, se nos plantea delante una serie de niveles que nos llevan a distintas partes del globo. Y aquí empiezan las semejanzas con Sonic, ya que en Defunct la mecánica consiste en correr hacia el fondo del escenario para alcanzar la meta. Al igual que las versiones tridimensionales del erizo.
Por desgracia, aquí nos topamos con el primer problema del juego. A diferencia de los juegos de la mascota de SEGA, Defunct nos impide constantemente el paso. Lo hace a base de obligarnos a buscar objetos repartidos por el escenario. Es decir, que las propias mecánicas del juego frenan la velocidad de éste.
Por si esto no fuera suficiente, el título usa las cuestas para acelerar o disminuir nuestra carrera, teniendo un botón para aprovecharnos de la gravedad y acelerar así cuando el camino es hacia abajo. A este hay que combinar la opción de salto, siendo imprescindible combinar las bajadas con esto para alcanzar velocidades óptimas y puntos elevados del mapeado. Por desgracia, el control no es bueno, haciendo que más que ventajas este sistema nos bloquee el ritmo constantemente.
Más allá de esto tampoco nos encontramos con buenas noticias. Un ejemplo es la duración de Defunct, pudiendo terminarse en aproximadamente 2 horas. Obviamente no pido las horas de vicio de un RPG, pero estamos ante un título cuya naturaleza pide a gritos más duración.
Técnicamente corto
En el apartado técnico las cosas siguen el mismo camino. Gráficamente el juego ofrece unos niveles bastante variados entre sí y con elementos que le dan vida. Por desgracia, todo esto está construido con una calidad capaz de correr en consolas de hace dos generaciones.
Si a esto le sumamos una inexistente banda sonora pues imaginaros cómo queda la cosa…
Conclusiones
Poco bueno hay que decir de Defunct. No es solamente que las mecánicas del juego hagan que el gameplay sea irregular, sino que técnicamente la cosa está bastante alejada del estándar actual. Y, para rematar la faena, no está ni siquiera bien traducido al castellano.
Imagino que todo esto se deberá a que se trata el primer juego del estudio, o eso quiero creer, pero sin duda estamos ante un juego que poco tiene que ofrecer a los jugadores.