Ser un héroe mola, eres casi un semidiós que puede cambiar el transcurso de la historia sólo con simples palabras. Sin embargo, la vida real no posee este tipo de individuos, sino que la sociedad se basa en personalidades abusando del currante medio para mantener un orden social. ¿A qué viene todo esto? Pues créeme que está relacionado con el juego que nos ocupa, ya que nuestro cometido será dirigir una agencia para erradicar el crimen de la ciudad. Si os pica la curiosidad, seguid leyendo este análisis de Conglomerate 451 para PC.
Y es que la zona en la que transcurre el título da nombre al juego. Aquí, en el distrito 451, montaremos una agencia para combatir a las diferentes corporaciones, las cuales poseen una influencia desmedida en este territorio. Eso sí, nuestra labor no será bajar a las calles a pegarnos de hostias con los maleantes, sino que como jefes, dirigiremos a los más prescindibles del lugar, clones.
Debo decir que tiene un inicio trepidante, en el que la curva de aprendizaje es ideal para empezar a dominar todos los aspectos de la parte dinámica del juego. Esto es, a grosso modo, avanzar por un mapa en primera persona e ir combatiendo y explorando, como el dungeon crawler más clásico. Por supuesto, con algunas acciones propias como hackear diferentes elementos de la escenografía. Después de acabar este tutorial por fin tendremos acceso a todas las posibilidades que nos ofrece Conglomerate 451.
A partir de aquí es donde podemos empezar a disfrutar de todas las bondades del título. Enseguida empezamos a comprender cuál es nuestro cometido, además de aquellas organizaciones que dirigen todo el cotarro. A su vez, dentro de la agencia podemos realizar múltiples actividades, ya sea investigar distintas mejoras para el centro y los agentes o clonar más para nuestra noble causa.
Sin embargo, no nos va a salir gratis. Dependiendo de lo que queramos conseguir necesitaremos distintos recursos, como créditos o reputación, la cual se consigue realizando misiones. Todo ello para ir mejorando nuestro arsenal de posibilidades, con nuevos tipos de agentes clonados y modificaciones genéticas, por ejemplo. Y lo necesitaremos, creedme, ya que si uno de nuestros agentes cae en combate lo habremos perdido para siempre. Imaginad a ese héroe que te salvó la partida realizando un crítico, o protegiendo a los compañeros moribundos. Ahora está muerto. Y no querrás que pase más de una vez.
Se les coge un cariño a nuestros esbirros bastante curioso. Son como tus hijos, los vez nacer (dentro de una incubadora y a la edad de 20 y tantos), matar a su primer criminal, añadirse los implantes genéticos más mortíferos… Encima de poder seleccionar su abanico de ataques, los cuales pasan por modificadores de estados, ataques directos, en área y protecciones, por poner varios ejemplos. Y viene un camello de droga y le mete un disparo en la cabeza con crítico a tu fiel agente. Duele y mucho.
Porque en el combate tendremos a nuestra disposición distintos tipos de movimientos, dependiendo de la clase del agente. Así pues, podemos tener al típico tanque que será el encargado de resistir, así como a un hacker que entre en los sistemas informáticos enemigos y sabotee todo su arsenal. Finalmente, podremos apuntar al enemigo a distintas partes de su cuerpo, teniendo así diferentes resultados. Por ejemplo, si atacamos a la cabeza añadiremos un factor negativo extra a la precisión (dependiendo del ataque, claro).
Pasando al apartado gráfico de Conglomerate 451, el estudio RuneHeads ha apostado por la temática futurista, impregnando los mapas y escenarios del título con gran cantidad de neones, maquinaria cibernética y demás parafernalia típica de este estilo. El diseño de personajes está muy bien implementado en todo este ámbito, además de lucir un nivel gráfico notable. Sin embargo, no llega a ese nivel las animaciones en los combates, siendo muy genéricas y sin mucho despliegue, pecando de simples.
Llegando al apartado sonoro del juego, nos encontramos ante la típica gama de melodías y recursos utilizados al tratar material futurista, música electrónica. Y creedme cuando os digo que, en este caso, Conglomerate 451 abusa muchísimo de ella, llegando a ser muy repetitiva, tanto en combates como en exploración.
Nos llega doblado al inglés, algo que es de agradecer. Hablando de idiomas, el título nos ofrece una amplia carta en este sentido, ¡incluido el castellano! Un punto muy a favor de este título, ya que estamos en una época donde nuestra lengua está siendo excluida de obras de esta índole.
Finalmente, la duración del juego es prácticamente infinita. Tenemos el modo historia, el cual está dividido en 75 semanas donde aceptamos misiones y mejoramos nuestra agencia (como he mencionado anteriormente). Además, podemos elegir el modo infinito, en el que el juego irá creando contenido conforme vamos avanzando.
Conglomerate 451 ofrece una sólida apuesta roguelike y dungeon crawler, fusionando lo mejor de ambos subgéneros en un sólo juego. Así como tenemos que gestionar nuestro equipo, agencia y recursos, también tendremos que salir a la calle a ganarnos la vida con distintas misiones. Si bien es cierto que, al mismo tiempo que abarca mucho, tampoco llega a profundizar en estos aspectos.
Un título que, si bien es mejorable en algunos apartados, ofrece exactamente lo que se propone, y bien. Si te gustó Darkest Dungeon y Etrian Odyssey seguro que sabrás apreciar todo lo que ofrece Conglomerate 451. Y si lo que buscas es un título que te exija planificación, estrategia y reto, dale una oportunidad. Además, tiene referencias a Star Trek, sólo por eso merece la pena.
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