Análisis de Black Desert online para PlayStation 4

Nos imbuimos de un aura más que oscura para enfrentarnos al análisis de Black Desert online para PlayStation 4.

Los MMORPGS, culpables son, en su mayoría, juegos pensados para disfrutar en PC. La gran cantidad de detalles que nos pueden brindar, lo ancho y amplio de su mundo y la interacción con otros jugadores hace que, sin duda, el pc sea el medio adecuado para lograr cumplir con todo ello. Sin embargo, cabe decir que eso no quita que las compañías adapten este tipo de títulos a otras plataformas. Y en ocasiones con interfaces realmente buenas, como podemos ver con, por ejemplo, Final Fantasy XIV. Pero, ¿es así en todos los casos? Hoy, por la parte que nos toca, vamos a comprobar al menos un caso con el análisis de Black Desert Online para PlayStation 4.

El nacimiento de una leyenda

No os lo voy a negar, culpables, conocía entre poco y nada de Black Desert Online. De oídas más que nada, y algún que otro vídeo con algo de gameplay en YouTube. Pero la verdad, no se veía mal y, en general, los RPG me encantan, así que allá que fui. Tras un tiempo de espera un tanto elevado (pero dentro de lo aceptable) se abrió ante mí la posibilidad de elegir clase. Primera sorpresa en la frente: la clase de cada personaje tiene un género predefinido. A mí normalmente me gusta jugar con ladrones o similares y, en su defecto, con algo que tanquee, y, la verdad, en esta ocasión me apetecía mucho intentar ser un muro infranqueable, de esos que se ponen delante del enemigo y los cosen a espadazos. Vamos, que me hice un guerrero.

Guerrero que, como os comento, tenía que ser masculino por narices. Esta limitación no es algo que me haga especial gracia, me gusta la versatilidad de poder diseñar al personaje como quiero con la clase que quiero, pero soy fácilmente adaptable: así es como nació Ayden, el caballero con mala uva. Cabe mencionar aquí, antes de pasar a otro punto, que las opciones de personalización, sin ser extremadamente extensas, cumplen bastante bien en lo que a darnos variedad se refiere. Creo que, salvo en el tema de que aquí solo haya personajes humanos, las opciones de personalización superan bastante a las vistas en World of Warcraft.

Con el personaje listo, y con muchas ganas de dar mamporros, tocaba sumergirse en el mundo. Tras una cinemática cortita, que nos explicaba algunas cosas, nos levantábamos dispuestos a enfrentarnos a la aventura. Seres oscuros y malignos, guerras, amnesia… son los ingredientes que van dando forma a la historia. Pero, bueno, al ser un MMORPG, y, además, tratándose de un análisis de una versión, no voy a incidir mucho en la historia, dado que otros puntos merecen tratarse más. Diré simplemente que la historia parecía correcta, de lo típico que te vas a encontrar por estos lares.

PlayStation 4 y el mannequin challenge

Vamos a ahondar en lo que toca, en el que realmente será el motivo de que entréis a leer a esta servidora. ¿Cómo funciona el juego en PlayStation? Pues… no os voy a engañar, culpables, la cosa daba tirones, más de los que me gustarían, la verdad. El título lo jugué en una PlayStation normal, pero no tuve este problema cuando, por ejemplo, probé Final Fantasy XIV en ella. Las ralentizaciones eran un constante, llegando a ser especialmente molesto en las zonas donde hubiera muchos jugadores o enemigos. La cosa es que cuando estos no ocurrían el modo de juego era bastante disfrutable.

Y es que sí, culpables, la interfaz en PlayStation 4 la considero bastante buena. Tengo que reconocer que al principio me costó un tanto hacerme a ella, dado que hay tantos elementos y te explican tan poco que realmente no sabes bien qué estás tocando. Pero una vez vas jugando y probando te vas haciendo a ello, dándote cuenta de lo verdaderamente cómodo que es. Tienes varios botones para entrar en los diferentes menús, una rueda de acceso rápido por si quieres perder aún menos tiempo y, lo mejor de todo: la rueda de habilidades.

Pudiendo asignar las habilidades a una zona de la misma, bastará conque la abramos y seleccionemos en el momento en el que queramos usarlas. Sin duda un alivio para aquellos que, como yo, pensábamos que una transición de este sistema a consola sería un auténtico engorro. Bien hecho, Pearl Abyss.

¿Pero Ayden es guapo?

Por supuesto, culpables, yo tengo un ojo para crear personajes husbandos increíble. Pero no me voy a echar flores, lo cierto es que, en general, los diseños de los personajes están bastante bien. No tenemos, como hemos mencionado, la variedad que pueden dar otras razas como ocurre en Final Fantasy XIV o World of Warcraft, pero los personajes humanos cumplen más que bien.

Se nota, por supuesto, que no estamos ante el portento de la tecnología, pero las animaciones están trabajadas y los elementos tales como armaduras, armas y otros elementos estéticos cumplen de sobra. Lástima que los entornos, pese a estar detallados y tener muchos elementos, sí que pequen de ser más simplistas. Y es que muchas texturas son bastante deprimentes de ver.

Una pena, porque como os digo los escenarios dan gusto verlos, culpables. Pero si la cosa no tira, no tira, no podemos tratar de compararlo con su versión de PC. Los efectos sonoros y demás, por ende, podéis suponer que están bien, sin ser realmente una maravilla de altas cotas. Realmente vas a estar más atento a otras cosas más que a los sonidos del juego, la verdad.

¿Black Desert Online sí o no?

Creo que es bastante complejo de decir, culpables. El juego en sí ofrece muchísimo, su mundo es amplísimo y da gusto jugar con las diferentes clases, viendo sus animaciones de habilidades y demás. Sin embargo, la experiencia en PlayStation 4 no es del todo satisfactoria. Puede que esos problemas de «tirones» se solucionen en una versión Pro, pero de primeras el problema está ahí, si bien en zonas con menos densidad de jugadores se nota menos.

Desde mi experiencia os puedo decir que, pese a ellos, he conseguido disfrutar bastante del juego, porque como os digo no es que ocurran el 100% de la s veces. Por supuesto, no puede compararse a la versión de PC, pero como port, entra dentro de lo decente.