Análisis de Baobabs Mausoleum Ep. 1 Ovnifagos Don’t Eat Flamingos

Hacer un análisis de Baobabs Mausoleum Ep. 1 no es suficiente para haceros entender todo lo que significa este juego. Hay tantos detalles destacables, tantas cosas interesantes que tenéis que jugarlo y ya está.

Aquí al menda le ha tocado el análisis de Baobabs Mausoleum Ep. 1 y sé en lo que estáis pensando: «otro juego episódico del que se va a quejar el tonto este». Pues no, bueno un poco sí, pero no. Me ha parecido una ida de olla tan excelente que esta dosis me parece perfecta. Y no sólo eso, si no que quiero que haya más, pero así, en pequeños frascos. Celery Emblem se ha sacado de la manga un juego tan loco que no creo que sea sano exponerse a él durante más rato.

¿Twin Peaks mezclado con Monkey Island y A Link To The Past? Algo así, pero hay mucho más. Llegado a este punto, una vez terminado el primer episodio del juego, no sé qué esperar del resto. En estas dos horas que he estado dando vueltas por Flamingo’s Creek he hecho un poco de todo. Vista isométrica, scroll horizontal, plataformas en primera persona, resolver puzzles, luchar contra cocineros, aventura point & click. Y todo con muchísimo sentido del humor y diálogos bastante rocambolescos.

¿Que técnicamente es un juego normalillo? Sí, pero… Que la banda sonora es de lo más molón y los gráficos, dentro de las posibilidades de los 8 bits, están muy bien trabajados. Jugablemente es muy sencillo, nos limitamos a usar los cursores para movernos y el espacio para interactuar. Son los cambios de registro los que hacen que el juego sea interesante y se mantenga fresco todo el rato. Puede que no invente nada, pero que alegría da ver un intento de hacer cosas diferentes.

Watracio Walpurgis, FBI

Sí, ese es el nombre de nuestra nueva berenjena favorita. Porque sí, Watracio es una berenjena que trabaja en el FBI y tiene un accidente de coche en las cercanías de Flamingo’s Creek. Si esperabais que este análisis de Baobabs Mausoleum Ep. 1 tuviera el más mínimo sentido, lo siento. Tener un accidente por culpa de un ciervo mutante y acabar en una ciudad a la que sólo se puede llegar una vez cada veinticinco años es suficiente para saber que esto no es algo normal.

No voy a entrar en spoilers ni en comentar detalles en concreto, lo que tenéis que hacer es comprarlo y descubrir cada rincón del juego. Sí, os puede parecer raro que defienda de tal manera un juego episódico, pero es que realmente tengo ganas de más y necesito saber más sobre las aventuras de Watracio. Porque tengo la sospecha de que esto es sólo el principio. Una degustación. La sensación es que la segunda parte y la tercera pueden llegar a ser muy, muy interesantes. O, como mínimo, sorprendentes.

Cada uno de los actos que componen este primer episodio es un poco diferente del anterior en cuanto a manera de superarlo. ¿Seguirá así en las próximas entregas? Creo que no, pero este punto de partida le va a permitir una libertad a su creador que ya podemos esperarnos cualquier cosa. Está claro que esta decisión de diseño también puede ser un arma de doble filo. Sin un buen equilibrio, que este episodio sí tiene, el resto del juego puede parecer o muy aburrido o demasiado loco e inconexo.

El término medio puede llegar a ser la cantidad perfecta

Sí, que yo a veces también puedo soltar alguna frase super profunda que no diga nada y parezca toda una reflexión. Pero con este análisis de Baobabs Mausoleum Ep. 1 me viene a la cabeza una teoría acerca de por qué nos gustan más unas canciones que otras. Y se puede aplicar a los juegos o al cine, creo yo. La idea dice que una canción nos llama más la atención cuanto tiene el punto justo entre repetición e imprevisibilidad. Es decir, necesitamos una melodía constante, que sea la conductora de la canción, pero a su vez que contenga variaciones que nos rompan un poco el ritmo.

Ese equilibrio entre constancia y caos está presente en Baobabs Mausoleum en este primer episodio. Una misma historia, el mismo grado de locura, los mismos controles para todo. Pero a su vez, vista isométrica, scroll horizontal, primera persona, puzzles, criaturas que hablan, extraterrestres, todo es posible. Como si fuera un sueño. Sin limites impuestos por las normas de la realidad. Nuestro único objetivo, por el momento, es salir de esa extraña ciudad. Todo eso siendo una berenjena vampiro que trabaja en el FBI. De nombre, Watracio Walpurgis.

Realmente, hay muchos juegos buenos ahí fuera que tarde o temprano todos sabemos que debemos jugar. Siempre habrá alguien que nos lo recuerde. Baobabs Mausoleum puede que no alcance a ser un clásico, pero por sorprendente y atrevido, merece ser jugado. Como puntos a favor, como si no tuviera ya pocos, os digo que el precio es más que razonable y está perfectamente traducido al castellano. Entre otros idiomas. Motivos de sobra para darle una oportunidad e intentar desentrañar el misterio de Flamingo’s Creek.