1971 Project Helios es un indie facturado por el equipo español de Reco Technology que nos traslada a un universo frío y salvaje. Se trata de una experiencia que pertenece al género de los RPG Tácticos, muy al estilo de XCOM o el reciente Mutant: Year Zero, sobre todo al de este último, pues comparten filosofías similares de juego. Hoy nos toca hablaros de él y lo haremos con el siguiente análisis de 1971 Project Helios para PlayStation 4.
Project Helios quiere tomarse su tiempo para contarnos una historia pero no puedo decir que lo consiga con acierto. Realmente no sabemos muy bien dónde estamos ni qué está pasando. Solo sabemos que el mundo es un lugar muy hostil, donde diferentes facciones se están matando para sobrevivir y que una mujer llamada Margaret posee el conocimiento para hallar una solución contra el frío devastador que asola a la Tierra. Por ende, dos facciones de 4 personajes de naciones diferentes se unirán para dar con ella y así desarrollar la codiciada fórmula.
El juego nos muestra archivos de texto y tenemos charlas en el campamento que montamos tras cada misión, pero realmente no nos sirve de mucho. Quizás si hubiesen creado una opening que nos metiese en situación, o añadiese un mínimo de contexto, podría ayudarnos a conectar mejor con la situación y su mundo.
A nivel personajes, el juego nos deja al mando de 8 entidades interesantes. Cada uno tiene sus motivos para encontrar a Margareth y poseen personalidades muy diferenciadas, algo que se traslada también a la faceta jugable. Por ejemplo, uno de los personajes podrá valerse de su perro para atacar a distancia mientras cura a sus compañeros, otros pueden atacar a corta distancia y servir de baluartes andantes, pasando por francotiradores y unidades rápidas que lanzan granadas o disparan escopetas. Y es que la gracia de 1971 Project Helios reside en que sus combates son por turnos. Tendremos partes en las que exploraremos, siendo espectadores desde una cámara cenital, y en cuanto encontremos enemigos, entraremos, sin transición de ningún tipo, en combate, actuando cada facción en su propio turno.
Esto quiere decir que podremos cambiar de personaje en todo momento durante nuestro turno, teniendo dos unidades de acción para gastar, que podremos invertir en desplazarnos para buscar cobertura o tener una mejor línea de disparo para después atacar. Por supuesto, existen algunas habilidades, más potentes, que pueden gastarnos dos unidades de acción. Las coberturas funcionan de forma diferente a lo que estamos acostumbrados en la saga XCOM. Aquí, las coberturas parciales reducen la capacidad de acierto un 50% mientras que las coberturas completas evitan que nos tengan a tiro, directamente.
Por ello, estas no abundan y será difícil dar con escenarios donde podamos tener a todo nuestro equipo a salvo. Esto enfatiza refriegas rápidas y muy agresivas, donde pensar y ser pacientes funciona, pero se premia el ser salvajes y echar toda la carne en el asador, sin dejarnos ningún as bajo la manga para siguientes contiendas. Claro está, esto es viable porque recuperaremos la salud tras cada combate, sintiéndose cada uno como un microsistema que funciona sin preocuparse de factores externos.
Eso sí, el juego es duro y no será fácil subsanar los desafíos sin que alguno de nuestros integrantes estire la pata. Para ello contamos con una energía especial llamada Fulgor que podremos recolectar por los mapas y que nos servirá para revivir a los contendientes caídos, además de permitir que usemos habilidades por segunda vez en un mismo turno o librarnos de la escarcha.
Según el mapa en el que nos encontremos, el frío puede ser más o menos puñetero y hay que saber tratar con él. Cada vez que se complete un turno, se sumará uno o varios contadores de frío a la salud de los personajes que no estén protegidos contra este elemento. Esto también afecta a los enemigos, por lo que es interesante gestionarlo para obtener ventaja en batalla.
En cuanto a la exploración fuera de batalla, podremos encontrar diferentes objetos que nos sirven para equipar a nuestros personajes. Los mismos funcionan como un árbol de habilidades, pudiendo enseñarles nuevas acciones si tenemos el objeto necesario e incluso mejorarlos con otros objetos. Por ejemplo, si a Hannah le equipamos unos prismáticos, podremos enseñarle una habilidad que permita atacar a cualquier enemigo dentro del rango de visión de cualquiera de nuestros aliados.
Sin embargo, dar garbeos por los escenarios no es una acción que pudiese denominar como placentera. Tenemos un indicador de los objetivos que tenemos que cumplir pero las guías escasean. No hay un minimapa o una brújula que nos diga a donde ir y no será raro que volvamos sobre nuestros pasos buscando una salida o el siguiente objetivo a cumplir. Es cierto que los mapas tampoco son enormes y que podemos aprendernos las rutas rápidamente, pero sigue siendo molesto que nos hagan perder el tiempo dando vueltas por paisajes donde no hay mucho con lo que recrearse.
Hablando ahora de los pormenores audiovisuales del videojuego, 1971 Project Helios cuenta con un despliegue artístico muy personal, enfatizando el juego de los grises y blancos, otorgando una especial importancia a los rojos en ambientes más oscuros, lo que aumenta la sensación de tensión y misterio. Los personajes cuentan con diseños que me recuerdan a obras como Wolf Brigade o Fallout, pero sin sobrepasar la línea de la inspiración.
Gráficamente encontramos texturas bien definidas, eso sí, pero con mapas que pedían tener un poco más detalle, algo que también podemos atribuir a lo sonoro, con una banda sonora que es interesante, ya que recupera matices industriales para las batallas que están genial y siendo más austera y desierta en los momentos de exploración, para acompañarnos de forma loable en su sórdida ambientación. Lo malo viene de la parte del doblaje, puesto que este es inexistente, algo chocante ya que es juego que lo pide a gritos (y nunca mejor dicho) al poseer unos personajes tan destacables.
Pero lo peor del título viene ahora. En lo técnico, el juego hace muchas aguas. Varias veces me ha tirado al menú de la consola, otras tuve que reiniciar batallas porque la acción que escogí no se llegaba a realizar y en general, aunque el juego va a 1080p y se mueve a 60 cuadros por segundo, las rascadas son muy bestias e incluso puede afectar al delay del mando. Las zonas donde hay efectos climáticos, como nieve cayendo de forma constante, olvidaos de sentir siquiera unos tristes 30 frames estables. Le falta mucho pulido en este sentido y aunque podremos acabar el juego perfectamente, unos buenos parches son necesarios para que la experiencia no se resienta tanto.
1971 Project Helios sabrá encandilar perfectamente a cualquier amante de los juegos de rol tácticos. Es un rico bocado indie, que apremia refriegas rápidas más que darle al coco con intrincadas estrategias de ajedrez. En lo suyo se hace fuerte, es divertido y no cuesta nada sumergirse en su propuesta. No así en su ambientación, la cual cuesta entender qué está pasando y por qué el mundo ha llegado a ese nivel de caos. Tampoco ayuda su pésima optimización y bugs. Una pena, pero con un poco más de tratamiento, podríamos estar ante un más que notable RPG táctico para este 2020.
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