Ya hemos podido ver el quinto capítulo de Agentes de S.H.I.E.L.D. y en GuiltyBit vamos a dale un buen repasito, como de costumbre.
Este quinto capítulo ha sido una sorpresa muy grata. En la anterior crítica os dije que la serie había alcanzado un ritmo fijo, que mantendría durante el resto de la temporada, tras el subidón que experimentó entre el capítulo dos y cuatro, pero para mi sorpresa, no ha sido así.
La serie ha dado otra buena vuelta de tuerca, se ha vuelto a intensificar la acción, la trama ha vuelto a dar un buen giro y se han desvelado novedades realmente interesantes. Hemos podido disfrutar de un capítulo lleno de acción, prácticamente de principio a fin, con combates de todo tipo en diferentes escenarios.
Pero la acción no ha sido todo. Hemos tenido revelaciones interesantes sobre varias líneas argumentales de la serie. Sinceramente, el capítulo ha conseguido mantenerme enganchado a la pantalla durante los cuarenta minutos de duración.
La historia de nuestros fantasmitas de laboratorio sigue avanzando, revelando detalles sobre su pasado y el origen de su maldición, por llamar de alguna forma al estado en el que se encuentran. Por otro lado, el director de S.H.I.E.L.D., también desvela un dato realmente impactante sobre su pasado. Un dato que, con total seguridad, será una bomba de relojería en el hilo de la serie.
Una de las cosas que más me ha sorprendido de este capítulo, y que me ha alegrado bastante, la verdad, es el acercamiento que se está dando de nuevo entre los personajes. El equipo va encontrando, poco a poco, el camino para reunirse de nuevo. Por un lado, pudimos disfrutar de una May metida de lleno en la acción una vez más. Abriéndose paso, como es habitual en ella, a mamporro limpio junto a Coulson.
Por otra parte, Daisy, parece sentir un irrefrenable impulso por volver junto al equipo. Cada vez abandona un poco más su actitud de llanero solitario, y arrastra con ella al Motorista Fantasma, que también nos muestra un poco más sobre su pasado, y avanza en su historia de venganza personal.
En resumen, culpables, este capítulo ha sido, para mí, el mejor de la temporada hasta el momento. Ha tenido un poco de todo, ha sido intenso, prácticamente de principio a fin y hemos disfrutado un poco más de esa química entre personajes que siempre había caracterizado a la serie, aunque aún no se haya recuperado totalmente.