Vuelvo una semana más con la crítica del nuevo capítulo de Agentes de S.H.I.E.L.D para contaros mis sensaciones. Continúan las andadas de Coulson y compañía, y esta semana la cosa se va intensificando.
Cómo os conté en la crítica del capítulo anterior, el regreso de la serie en esta cuarta temporada había sido algo lioso, pero en este segundo capítulo parece que todo se va encauzando al tiempo que se vuelve más misterioso. Esperemos que la temporada continúe con esta calidad ascendente.
Siguiendo la tónica del anterior capítulo, la trama se ve envuelta en un halo de misterio más que de acción, pero a diferencia de lo que os conté sobre el estreno de temporada, parece que todo se va ordenando un poco más, y la línea argumental coge más firmeza. Al contrario de lo que me pasó con el primero, en este capítulo no tenía la constante sensación de haberme perdido alguna escena, todo iba quedando bien explicado y me mantuvo fijo frente a la pantalla.
Aunque muy lentamente, parece que el equipo empieza a mostrar unas migajas de su viejo compañerismo, la química entre ellos empieza a funcionar mejor. Al menos entre algunos de ellos, porque en el caso de la agente May va a peor y se ve en serios apuros. Un extraño trastorno afecta a la mujer de hielo y empieza a desconfiar de todos los que la rodean.
El misterio de la caja que nos presentaban en el capítulo primero se va desvelando paso a paso, para mostrarnos una trama bastante intrigante y diferente a lo que nos tiene acostumbrados la serie, que nos deja con ganas del siguiente capítulo para seguir esclareciendo el origen de todo.
Por otro lado, Daisy continua su temeraria investigación en solitario, buscando respuestas sobre los motivos que mueven al Motorista Fantasma en su despiadada cruzada contra el crimen, esta vez con un poco más de éxito. El ardiente justiciero va desvelándose poco a poco, dejando ver una pizca de humanidad bajo su inflamable fachada. A pesar de la despreocupada actitud de Daisy, este capítulo le tiene reservado un encuentro que le hará replantearse su situación.
Sin embargo, pese a las notables mejoras en comparación con el primer capítulo, sigue habiendo un aspecto que no acaba de encajarme en la serie, y es la organización de S.H.I.E.L.D. El nuevo director y las medidas de jerarquía que aplica sobre nuestros protagonistas siguen descolocándome, como si los personajes no pudieran ser ellos mismos, los de siempre.
En resumen, he notado una apreciable mejoría, tanto en el ritmo del capítulo como en la claridad con la que se explica la trama. A pesar de ser un capítulo sin demasiada acción consigue mantenernos interesados durante los cuarenta minutos que dura, y al acabar nos deja con ganas de más. Espero con ansia el tercer capítulo para poder confirmaros que el cambio a mejor sigue su curso, y que la trama sigue volviéndose más interesante.