En una entrevista reciente, en Activision han querido dejar claro que no quieren ni escuchar hablar de la posibilidad de que una franquicia como Call of Duty llegue a los cines. En palabras del propio CEO de la compañía, Bobby Kotick, comenta que pese al enorme ingreso que seguramente supondría, prefieren no estropear la marca con una mala película.
Las películas sobre videojuegos casi nunca complacen a los fans y pueden estropear la reputación de la marca. Queremos seguir con la franquicia como hasta ahora y mantener los riesgos al mínimo. Hemos rechazado todas las ofertas que han llegado por la puerta. Para nosotros lo más importante es no estropear el producto.
En la entrevista se ha aprovechado la ocasión para preguntarle acerca de los despidos de Jason West y Vince Zampella, los padres de Call of Duty.
No fue una decisión fácil. Te encuentras con que dos ejecutivos están planeando romper sus contratos, quedarse con el dinero que les das y robar a 40 empleados. ¿Qué es lo que haces? Les despides.
¿Y vosotros que creéis culpables? ¿Mancharía la imagen de Call of Duty una película relacionada con la franquicia, oya está suficiente dañada por sí sola?
Vía: New York Times