¿Crisis? ¿Quién dijo crisis? En Activision Blizzard eso no existe. Puede que los miles de millones que han generado tengan algo de culpa.
Sugiero que antes de comenzar nos pongamos en pie y demos un fuerte aplauso a Activision Blizzard. Bien. No, en serio, vivimos una época convulsa en la que miles de empresas echan el cierre a diario y los norteamericanos, PUMBA, se superan año tras año, dejando a la altura del betún su anterior récord de beneficios.
2016 ha sido EL AÑO de esta empresa, generando unos beneficios que ascienden a -agárrate a algo- 6661 millones de dólares. Ahorrándonos las conspiraciones por ese triple 6 inicial y centrándonos en el desglose de los datos, lo primero que llama la atención es el vapuleo que ha recibido su anterior récord de beneficios, el de 2015. Ese año la compañía amasó 4660 milloncetes, una megacifra que ahora, comparada con los nuevos datos, parece calderilla.
Esta escalada de beneficios tiene tres actores principales: Call of Duty, la adquisición del gigante móvil King y, cómo no, el brillante año de Blizzard.
Fijaos si no en este dato: las ganancias gracias al producto digital han añadido a la caja de la compañía la cifra récord de 4870 millones de dólares. Los Candy Crush y similares, el aumento de jugadores de WOW y el tremebundo éxito de Overwatch han hecho que la piscina de pasta del Tío Gilito parezca una charca comparada a la que debe tener Robert Kotick en su jardín.
Si nos fijamos exclusivamente en Blizzard, veremos que la compañía filial ha sido la encargada de sumar el cuarenta por ciento del monto total (39 % exactamente), y puede presumir de unos beneficios que sobrepasan los 2400 millones en 2016.
Aconsejo que para despedir este escrito volvamos a ponernos en pie y demos una nueva ovación a la gestión que ha llevado a cabo Activision Blizzard durante 2016. Se lo merecen.