Acquire se consolida como el estandarte RPG de Square Enix. Análisis de Octopath Traveler 2.

Acquire sorprende con una secuela que es más y mejor y de la que hemos salido rotundamente satisfechos. Análisis de Octopath Traveler 2.

Se me queda la boca pequeña cuando tengo que hablar de los últimos coletazos de Final Fantasy. Como pensaréis muchos de vosotros, yo también creo que la saga ha perdido magia y frescura, pero esto no es algo puramente negativo para la editora; Square Enix ha conseguido nutrir al género del RPG por turnos de nuevas franquicias más humildes que pueden portar, con orgullo, el ser los auténticos referentes en los tiempos modernos. Caso del juego que os traemos hoy, pues en este análisis de Octopath Traveler 2 repasaremos una de las mejores propuestas dentro del género RPG japonés a la que podéis echar la mano actualmente.

Ocho personajes, ocho historias

Tal y como sucedía en el primero, en Octopath Traveler 2 seremos testigos de las vivencias de ocho protagonistas en un mundo de fantasía. Podremos empezar la aventura con cualquiera de ellos para ir encontrando a los demás en nuestro camino y así vivir también sus historias iniciales. A nivel narrativo cada historia, de forma individual, goza de una calidad desmesurada, con un gusto literato exquisito y empleado con maestría en la infinidad de diálogos que vislumbraremos, a pesar de que algunas historias sean algo predecibles y rocen el cliché.

Si recordáis, uno de los mayores defectos de la entrega pretérita versaba en la relación entre los personajes, la cual era demasiada artificial y al final se sentía como un puzle donde cada pieza (historia individual) encajaba a la fuerza y no de forma natural. Creo que esta segunda parte adolece de lo mismo, a pesar de los esfuerzos en paliarlo con momentos e historias donde varios personajes comparten protagonismo. Su inclusión en el videojuego se nota como algo con calzador y no es orgánico, como suceden con las conversaciones opcionales que vemos al entrar en las ciudades pulsando el botón correspondiente.

Mismas sensaciones agridulces nos deja los primeros encuentros entre ellos, donde, con excusas muy forzadas, se unen a nuestro grupo, obviando aspectos de las personalidades de los mismos. Como digo, esto empobrece un poco el resultado narrativo, pues puede romper la suspensión de la credibilidad como grupo de héroes unidos por causas comunes, aunque las historias individuales son lo suficientemente robustas (en general) como para sostener el peso de sus defectos.

Batallas legendarias y combates más profundos

La primera parte nos engatusó en su momento por sus tremendos combates por turnos llenos de profundidad, estrategia y frenetismo gracias al sistema de los PI, unos puntos especiales que nos permitían ahorrar turnos para después atacar varias veces de forma consecutiva. Sumado a ello, podíamos romper las defensas de los enemigos atacando a sus debilidades, creando situaciones de tensar y aflojar con el objetivo de provocar el mayor daño posible cuando las defensas de estos cayesen.

Este sistema se mantiene intacto con algunos añadidos que lo hacen todavía más interesante: los límites. Cada personaje tiene el suyo propio y corresponde a un círculo que se irá llenando conforme recibamos daño o rompamos defensas. Una vez completo, podremos activarlo pulsando un botón para conseguir propiedades o mecánicas especiales según el personaje. Por ejemplo, Throné, la ladrona, puede actuar en dos turnos consecutivos mientras que Osvald, el erudito, puede concentrar su magia para hacer más daño a un objetivo. Es importante tenerlos en cuenta a la hora de elaborar nuestro grupo de héroes para generar las sinergias más eficaces posibles.

Otro pilar son los roles, cada personaje inicia su aventura con un propio pero iremos encontrando más conforme visitemos los gremios desperdigados por el mapa. Cada gremio nos pedirá ciertos requisitos para desbloquear más permisos y así poder repetir el «trabajo» entre más personajes. Los roles tienen sus propias habilidades pasivas y activas que iremos ganando conforme invirtamos PH en ellos. Luego, claro está, existen los roles especiales que ya existían en la primera entrega para hacer frente a los adversarios más difíciles.

Arte 2.5 HD, la seña de la casa vuelve ser su mejor baza

Es imposible no enamorarse de los diseños que Acquire y otros estudios son capaces de esbozar en sus juegos. Octopath Traveler 2 vuelve a ser toda una odisea audiovisual donde satisfacer nuestras retinas con sus píxeles 2D navegando por entornos 3D, los cuales no han perdido su magia a pesar de que el impacto ya no es tan grande como cuando se presentó la entrega pretérita.

Todo sigue teniendo un mimo artesanal desmesurado, habiendo pequeñas mejoras en animaciones o efectos de luz y líquidos, yendo todo a tono con el arte principal feudal del videojuego y siendo muy representativo de cada zona que visitamos, enfatizando la cultura, naturaleza y sociedad de cada poblado.

En lo sonoro más de lo mismo. La banda sonora del original era una maravilla compuesta por Yasunori Nishiki y él mismo vuelve a recoger la batuta para dar color sonoro a esta entrega. A todas luces me parece una score mucho más profunda, variada y que sabe recoger los temas de cada personaje y escenario a la perfección. Por ejemplo, el main theme de Hikari está compuesto por instrumentos orientales de corte épico para acompañar su condición de príncipe guerrero de oriente mientras que el de Agnea, la bailarina, son pistas de violín y tambor que evocan el folclore irlandés.

El doblaje roza la misma calidad, tanto en inglés como en japonés, por lo que ambas opciones son un «win-win«. Personalmente escogí las voces japonesas, dado el nivel de los seiyuus de renombre que conformaban el reparto, con figuras de la talla de Takehito Koyasu (Dio Brando en JoJo’s Bizarre Adventure) y Joji Nakata (Alucard en Hellsing o Sol Badguy en la franquicia Guilty Gear).

Análisis de Octopath Traveler 2. Rol japonés clásico sazonado para el paladar más exquisito

Finalizando ya este análisis de Octopath Traveler 2 puedo decir que el juego me ha dejado muy complacido. Todas sus herramientas, que por separado ya lo auparían para ser un buen juego, cogen el matiz de sobresalientes cuando las juntamos, dejándonos un juego de autor pero también un excelente JRPG donde no se echa en falta ningún ingrediente que pudiesen necesitar los más veteranos. Su exploración con ciudades y localizaciones interconectadas por caminos, dejando así a un lado el concepto de mundo abierto, sin renunciar a la cohesión lógica de como este se configura, suponen un alivio para aquellos que teman sentirse abrumados.

Me queda pena que no se haya mejorado a la hora de dotar de un sentimiento más de grupo a los protagonistas, repitiendo los mismos errores del original. Se tira demasiado tiempo para desarrollar las historias individuales de cada uno sin dejar espacio a su crecimiento como comunidad. Fuera de eso, que para mí sería su punto más negro, en todo lo demás es un juego casi perfecto, refinando una fórmula que ya era impecable en la entrega pretérita.

Si bien, algunos podrían achacarle de ser demasiado conservador y no aportar las suficientes novedades, considero que a este estilo de juegos tampoco les hace falta dar grandes saltos en innovación para tener su propio carisma. A poco que te molen los JRPG por turnos, Octopath Traveler 2 es una cita obligada para tu consola o PC.