No es que se hayan lucido en The Chinese Room con Amnesia: A Machine for Pigs, y es que ha resultado ser más una experiencia que un juego como tal. Jessica Curry forma parte de la desarrolladora británica y defiende ese estilo tal que así:
Con bastante frecuencia nos preguntan si es The Chinese Room somos antivideojuegos, o si queremos trascender el medio. La cuestión está en que los juegos normalmente están guiados por las mecánicas y los objetivos, y esto parece ser ya un concepto. ¿Por qué teneos que clasificar, nombrar y etiquetar las cosas antes de disfrutarlas? ¿Necesito saber que Bach es música clásica ntes de gozar su increíble música? Para mí, la clave está en si es una gran experiencia o no. La diversidad en la industria (un medio que va de Tetris a Gone Home) es maravillosa. ¿Por qué la diferencia tiene que ser un concepto tan amenazante?
Para terminar añadiendo que «las mecánicas nunca serán nuestra prioridad, porque no son el principal motivo por el que creamos videojuegos«. Total, que ya sabemos lo que podemos esperar de cara al futuro por parte de esta gente: cosas raras y facilones. Vamos, juegos para gafapasters.
Vía Edge