Microsoft ha pillado el gusto a eso de recular con respecto a las características originales de Xbox One. hace unos minutos se desvelaba que Kinect no será obligatorio en la nueva consola.
Ni si quiera se requerirá que permanezca constantemente conectado a la máquina, por lo que todos aquellos que la odiáis podréis dejarla guardadita en la caja. Estas declaraciones han sido recogidas por IGN en una charla con Marc Whitten, el cual ha dicho lo siguiente:
De la misma forma que el online, la consola seguirá funcionando sin que Kinect tenga que estar enchufada, aunque te perderás el poder utilizar todas las funciones y la experiencia que brinda el sensor. Los usuarios tienen la posibilidad de apagar completamente el sensor. De este modo, no recogerá ninguna información. Ninguna funcionalidad estará activada. Si el usuario quiere volver activarlo, cuando lo conecte, recibirá un mensaje que le preguntará si desea activar el sensor de nuevo para continuar.
Con esto, lo único que le queda por anunciar a Microsoft es una versión de la consola sin Kinect, que la dejaría con un precio similar a PS4, y ya todos contentos. ¿Por pedir que no quede verdad, culpables?