The Washington Post ha elaborado un estudio relativo a la duración de algunos aparatos electrónicos. ¿Quieres saber los años de vida de Nintendo Switch? Adelante.
Hay un concepto tecnológico ya muy integrado en las sociedades que se conoce como obsolescencia programada. Se puede definir como la vida de un producto, pero establecida por diseño y no por desgaste; los programadores de aparatos tecnológicos determinan una duración y, a partir de ahí, el aparato fallará o muy probablemente morirá. Un sistema para fomentar la compra de nuevos productos e ir renovándolos cada cierto tiempo. Pues sobre eso ha investigado The Washington Post; en un artículo, han evaluado los años de vida de Nintendo Switch, así como de algunos móviles, cascos inalámbricos, tablets u ordenadores.
El método para bucear en estos conceptos ha sido relativamente sencillo. Las baterías de litio con las que las empresas diseñan y elaboran sus productos cuentan con una desventaja: cuanto más se cargan, más disminuye su esperanza de vida. Cada batería, indica el portal, está diseñada para albergar un número aproximado de cargas completas, conocidas como ciclos de carga.
Así pues, The Washington Post indica que los años de vida de Nintendo Switch estarían, más o menos, en unos 3. Calculan que la videoconsola japonesa puede albergar unos 800 ciclos de carga, pero una vez esta muere, vienen los problemas. El medio valora que Nintendo «no contempla servicios relativos a la batería», por lo que no se hacen responsables de ella; y apunta a que es «moderadamente difícil» cambiar la batería por uno mismo. Por todo esto, Nintendo Switch recibe la etiqueta de «diseñada para morir».
TWP también ha contemplado otras opciones relativas a videojuegos, y son, en este caso concreto, las Meta Quest 2 VR. Las gafas de realidad virtual de Facebook tienen una esperanza de vida aproximada de 4 años y puede albergar unos 500 ciclos de carga. Meta no ofrece servicio de reparación de baterías, pero sí valora su «cambio gratuito si alguna resulta defectuosa». Finalmente, cambiarla de manera manual es «muy difícil», por lo que también se lleva la valoración de «diseñada para morir».