Dados, azar y mucha agilidad. Os contamos todo lo que hace falta para jugar en el análisis de Dice Legacy. Un juegazo de estrategia de los pies a la cabeza.
Volvemos a la carga con uno de los juegos de estrategia más curiosos y resultones que hemos probado en mucho tiempo. Y lo hacemos tras haber estado horas con la demo que nos dejaron probar y, ahora, con el juego completo. Así que os vamos a contar todo lo que ofrece este título en el análisis de Dice Legacy.
Como introducción, podéis pasaros por el avance que os hicimos hace relativamente poco tiempo. Aquí volveremos a hacer hincapié en esos puntos que os comentamos y resolveremos si los fallos que vimos se han solucionado.
Eso sí, os avisamos que Dice Legacy es un juego de estrategia que tiene un componente de reto bastante alto. Nos va a exigir estar pendientes de muchas cosas en todo momento y posiblemente llegue a suponer un verdadero punto de estrés.
Pero hemos venido para eso, ¿no?
Estrategia de azar
Dice Legacy es un juego de estrategia y gestión. Eso no lo niega nadie. Sin embargo, esta estrategia se lleva a cabo de una forma muy curiosa: con dados de seis caras.
Cada dado representa en el juego a un «aldeano» de nuestro pequeño imperio. Según el tipo de aldeano que tengamos podrá hacer unas tareas u otras. Además, también verá potenciadas algunas caras u otras .
Por ejemplo, el dado más básico que tendremos serán los propios trabajadores. Estos tendrán una cara de ataque, otra de recolección, otra de trabajo y otra de exploración. Con la primera, como es evidente, podremos atacar o defendernos de enemigos. Con la segunda podremos extraer recursos naturales del entorno (madera, piedra, hierro, comida, hierbas…). Con el tercero activaremos los edificios de creación (las granjas darán comida, celebraremos fiestas en el pueblo o fabricaremos cerveza. Con el último… bueno, tendremos un batiburrillo de cosas que hacer, como explorar ruinas, acercarnos a pueblos o similares.
Cada vez que queramos usarlos tendremos que hacer una tirada de todos los dados que tengamos. Y si tenemos suerte saldrá lo que necesitamos. Aquí está la parte del azar. La de estrategia viene a hora de convertir dados de trabajadores en otro tipo, como los ciudadanos, que pueden investigar, comerciantes, que gananrán oro, militares, con más caras de ataque, o sacerdotes, que pueden bendecir.
Según nos interese una cosa u otra deberemos de tener en ese momento los dados del tipo que nos den más caras que se acerquen al objetivo que buscamos. ¿Recolección? Pues trabajadores. ¿Defensa? Militares. Y así.
La gracia está en que cada dado tiene una durabilidad que vienen a ser las veces que los podemos tirar. Si llegan a cero, mueren. Por este motivo, tendremos que irlos recargando con comida o curando en caso de que caigan heridos o enfermos.
No se trata de una sola partida
Otra de las cosas interesantes de este Dice Legacy es que la jugabilidad no se centra en una única partida sino que tiene un poco de rogue like. Un poquito. Y os lo explico.
A lo largo de la partida podremos investigar una serie de tecnologías que nos permitirán ser más eficientes en nuestro trabajo. Una de las ramas se centra en la manipulación de los dados. Y esto básicamente significa que podremos potenciar, destruir, fusionar o crear dados especializados según queramos.
Por ejemplo, uno de los edificios potenciará la cara que tena en ese momento el dado que le incluyamos. Otro fusionará dos dados en uno solo con todas sus caras mejoradas. Otro destruirá el dado para sacar la cara que nos interese y pegársela a otro (cuando tengamos seis). Y así sucesivamente.
De esta forma podremos crear el dado perfecto y hacer que un soldado, por ejemplo, tenga todas las caras de ataque con un bonus de 7, si nos da la gana. Es decir, que esa cara valdría como siete dados con la misma cara. Ideal para ataques a estructuras enemigas.
Al final del árbol tecnológico podremos construir un altar que nos dejará ascender dados. Uno por partida. Esto es «copiar» ese dado y guardarlo para usarlo en otro momento. Así, al comienzo de nuestra próxima aventura podremos seleccionar directamente un dado de los ascendidos e iniciar la partida con él. Y evidentemente, eso nos dará un buen bonus inicial.
Eso sí, cuidado con algunos dados ya que al forjarlos conseguiremos que tengan habilidades especiales. A veces serán buenas, como por ejemplo que recuperan más durabilidad o no se ven afectados por efectos adversos. Pero otras serán negaticas. Hay, literalmente, dados tontos, que no podrán hacer determinadas cosas. Y otros con ansiedad que no podrán ser bloqueados.
Al final es divertido ver qué narices sale.
Miles de cosas que hacer
La estrategia de Dice Legacy se basa en un «no parar». Es decir, podremos parar el tiempo para ver qué hacemos, pero no podremos ejecutar comandos en ese tiempo. Me refiero a que no podremos asignar dados, hacer nuevas tiradas o construir edificios. Solo pensar qué hacer.
Esto es importante porque durante una partida nos vamos a encontrar momentos de mucha tensión en los que ocurrirá de todo. Los aldeanos se pueden cabrear y empezar a quemar edificios, los enemigos nos pueden lanzar hordas sin parar (algunos requieren hasta 6 y 7 caras de ataque para pararlos) y, mientras, tendremos que curar dados, restrablecer durabilidad o recolectar recursos para poder hacer todo eso.
Además, habrá que tener en cuenta si estamos en verano o invierno, ya que algunas cosas se bloquean en las estaciones frías. También es importante el líder que estemos usando. Inicialmente solo tendremos uno pero luego podremos desbloquear otros en función de las decisiones que tomemos durante la aventura.
Estas decisiones llegan, como los dolores de la artrosis, en los cambios de estación. Allí tendremos tres opciones para elegir e iremos tirando hacia un lado u otro de la balanza. La gracia está en que esto afectará a la felicidad de los grupos de dados que tengamos y a nuestro liderazgo.
Como veis, todo junto es una amalgama de cosas que no pueden quedarse sin tratar ya que repercuten, directamente, en nuestro pueblo. Si no recolectamos en verano, en invierno no podremos tener comida o cerveza, o materiales para defendernos. Si no tenemos soldados sanos no podremos atacar a los enemigos. Y si nos quedamos sin hierbas, por ejemplo, no podremos curarlos.
Además, una fiesta de vez en cuando no viene mal para evitar que los aldeanos nos la líen en nuestras propias fronteras.
Dificultad y reto
El principal problema que vimos en el avance que os hicimos hace poco es que el juego se volvía muy duro en poco tiempo sin darte tiempo a reaccionar.
Como os hemos dicho, la opción final de añadir dados tuneados, las nuevas opciones y edificios que ahora sí tenemos y la posibilidad de desbloquear líderes nos deja mucho más margen para solucionar los problemillas de nuestro imperio.
Pero eso no quita que el juego sea un buen reto. La dificultad inicial es ya de por sí intensa y, aunque podemos bajarla, tampoco es que bajen demasiado el ritmo.
El tiempo no se detiene nunca, así que por mucho que queramos ir lentos o rápidos el invierno llegará cuando llegue. De nosotros dependerá el número de tiradas que hayamos hecho o los recursos que tengamos. Si nos pilla desprevenidos id diciendo adiós a la aventura.
La historia principal que nos proponen tampoco es que sea moco de pavo. Sí que tiene un buen tutorial que nos va enseñando cosas para aprender sobre la marcha, pero no es un camino de rosas. De hecho, cuando nos dejan sueltos pareceremos patos sin cabeza ya que nos pillará todo de sorpresa.
En resumen, que os harán falta seguramente unas cuatro o cinco partidas fallidas para entender un poco el ritmo que pide el juego (alto) y lo que tendréis que tener listo en cada escenario.
¡Ah! Y, al igual que con las tiradas, los mapas se generan al azar. Así que puede que empecéis en una zona con muchos recursos o que de primeras no tengáis piedra. Y eso, ya os aviso, os va a dejar muy tocados. Así que elegid bien el inicio de la partida.
Conclusiones del análisis de Dice Legacy
Llegados a este punto ¿qué es l oque pensamos acerca de Dice Legacy? Pues que es un juego de estrategia para engancharse horas, horas y horas. Lo podréis encontrar en Steam, GoG y también en Epic Games Store. Para consolas, solo en Nintendo Switch.
No nos pide tanta complicación como un Civilization o un Humankind. Tampoco tiene tantas opciones como un Theme-lo-que-sea. Pero desde luego, su estrategia es muy intensa. Las partidas son rápidas, directas y tendremos que tener en cuenta millones de cosas a la hora de llevar a cabo la misión del escenario.
Por si fuera poco, los dados nos encantan. Queremos tener un juego en físico de todos ellos. Además, gráficamente el juego es una delicida. Simple pero efectivo. Pos desgracia, el único pero es, quizás, la banda sonora, que se queda un poco fuera de lugar. No destaca y no brilla por ningún lado. Pero no es algo que nos saque de quicio.
En definitiva, un juegazo de los pies a la cabeza que os podrá tener horas y horas enganchados… si sois lo suficientemente inmunes a la ansiedad y el estrés.