Nuestro erizo favorito vuelte al ruedo espacial con un más que interesante remaster. Bienvenidos al análisis de Sonic Colours Ultimate.
Dicen que del amor al odio hay un paso, y en el caso de SEGA y Nintendo la cosa parece que fue por esos derroteros. La compañía del erizo azul se centró únicamente en los juegos tras Dreamcast y mira tú por dónde, encontró a un buen aliado en su antiguo enemigo. Los frutos de esa amistad tan bonita y sana fueron varios juegos exclusivos para las consolas de Mario. Y entre esos juegos encontramos precisamente este Sonic Colours.
El título llegó inicialmente para Nintendo Wii y Nintendo DS (cada una una versión diferente) y de forma exclusiva para las plataformas de los de Mario. Esa exclusividad solamente se vio rota cuando el juego vio la luz en PC a través de Steam. Pero ahora, los chicos de SEGA dan un pasito más y lo traen al resto de plataformas actuales. Eso incluye PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One y Xbox Series X|S.
Nosotros hemos podido jugarlo de cabo a rabo (de nuevo) para traeros este análisis de Sonic Colours Ultimate. Y ya os vamos avisando que la verdad es que, en general, la cosa ha salido bastante bien. Por desgracia, hay algunos elementos que se han quedado en el tintero y que dejan muy claro que el título original era para Wii.
Un juego que inició una remontada
La historia de Sonic ha estado siempre llena de altibajos. Juegos en 3D que no terminaban de cuajar, luego que sí, luego intentos súper raros y estrambóticos… La verdad es que cuando Sonic Colours llegó a escena, la cosa no le había ido demasiado bien. Veníamos de un Sonic Unleash que solo convenció a la mitad (en sus fases de día) y con unos ánimos relativamente por los suelos. Pero si hubo algo que supo hacer SEGA en ese momento fue tomar lo mejor del juego del erizo-lobo y adaptarlo a una nueva aventura con nuevos elementos.
El resultado fue más que satisfactorio y la verdad es que se llevó las mejores críticas de los últimos títulos en 3D del erizo azul. Tras él llegaron también Sonic Generations y Sonic Lost World, lo que completó un bonito trío en Wii y Wii U que consiguió calmar los ánimos durante un tiempo.
Quizás este sea el motivo por el que la compañía japonesa ha decidido traer de vuelta este clásico, y no otro. Y ya de paso, aprovechar así también el 30 aniversario de su mascota y no dejarlo vacío. Hablamos de un juego rápido, con unas fases en 3D que suponen un reto y están bien diseñadas y que tiene pinceladas de trazados en 2D con mucho sabor a las plataformas de siempre.
Sin tocar la jugabilidad… o casi sin tocarla
Todo lo que veremos en Sonic Colours Ultimate ya lo pudimos ver en su día en el juego de Wii. Hay pocos añadidos en cuanto a jugabilidad, pero están tan bien metidos que apenas se nota donde está el corte.
En este sentido, la verdad es que SEGA lo ha hecho muy bien. Ha sabido coger lo que funcionaba (y lo que no) y traerlo al HD con bastante acierto. Nos vamos a encontrar con varios mundos (literalmente) con seis fases cada uno, un jefe final y una carrera contra un enemigo bastante conocido. Cada una de ellas nos plantea una forma de jugar diferente y retos nuevos, ya que van incorporando mecánicas y, sobre todo, whisps.
Estos pequeños bichitos hicieron su primera aparición en la franquicia de Sonic en Sonic Colours y son, básicamente, potenciadores de nuestro héroe. Si en Mario tenemos los trajes y esas cosas, a partir de aquí nosotros tenemos estos pequeños aliens de colores. Cada uno da un poder y algunos son más divertidos que otros.
Por ejemplo, el láser es tan rápido que realmente no lo controlamos, es un disparo que nos permitirá avanzar rápido o encontrar caminos secretos. Cohete nos pega un salto al infinito y luego nos deja una caída lenta en la que tendremos que conseguir llegar a sitios complicados. Y planeador nos permite volar (a lo Tails) aunque durante muy poco tiempo.
La verdad es que el Sonic Team se lució con los wisp porque son de muchos tipos y le dieron una rejugabilidad a Sonic Colours que llevábamos tiempo que no veíamos en un 3D de Sonic.
Y si tenemos que hablar de la joya de la corona, esa es la grandísima banda sonora que trae. Ya no solo la original, que desde luego se lución con el tema inicial (Reach for the Stars) o con el maravilloso tema de Aquarium Park. También con las nuevas versiones que se han hecho de todas las canciones. Reorquestadas, remixeadas y recompuestas para deleite de todos los fans de la música de Sonic.
No dejéis de echarle un oído a toda la banda sonora, porque desde luego merece la pena, y mucho. Si no es lo mejor del juego (que lo es) le falta poco.
Dos nuevos amigos
La mayoría de los añadidos que hay en Sonic Colours Ultimate estaban ya en el juego original. Hay algunas cosas de personalización y de coleccionables que no, pero en general, eran ya contenido del juego de Wii.
Lo que sí que se ha añadido es un tipo de wisp, el fantasma. Este, que además se ha dejado caer como protagonista en los cortos que ha emitido la compañía estos días atrás, es una nueva incorporación que nos mete un nuevo sistema de jugabilidad.
Como imaginaréis, el wisp lo que hace es convertir en intangible a nuestro héroe durante un tiempo. Esto nos dejará atravesar paredes y muros y llegar a sitios imposibles. Eso sí, si se nos acaba el tiempo quedaremos encerrados o muertos.
Para ir un poco más rápido, habrá puntos que solo podremos ver cuando seamos fantasmas que nos permitirán ir a ellos directamente. Suelen formar un camino, pero conforme avancemos la cosa se hará menos intuitiva.
El otro «amigo» que se nos une es nuestro querido Metal Sonic. Este llegará para darnos el modo carrera en el que Sonic competirá con su alter ego metálico. ¿El objetivo? Luchar por la esmeralda del Caos y desbloquear a Super Sonic.
Este personaje oculto (el súper, no el metálico) estaba antes disponible al encontrar todos los anillos rojos de las fases. Al llegar a un número de estos en cada planeta/mundo, obteníamos la esmeralda. Ahora, además de hacer eso, tendremos que vernos las caras con uno de sus enemigos más conocidos. Así que la cosa se pone muy complicada, que lo de los anillos rojos no era fácil de por sí.
Algunas cosas se han quedado atrás
El juego de Sonic Colours Ultimate realmente le hace justicia al erizo azul. Pasamos de 30fps a 60fps, lo cual hace que todo sea muy fluído y directo. Además, la nueva resolución nos deja ver los escenarios con una calidad imposible en Wii y en su día. El resultado es que, gráficamente, parece un juego de hoy día… hasta que vemos los vídeos.
Cuando llegan las escenas de historia (que los hay y son bastante buenos), la calidad gráfica pega un bajón que podría hacernos hasta daño en los ojos. Pixelados, lentos y con una caída de frames brutal (y eso que lo jugamos en PlayStation 5). Es comprensible que, viniendo de Wii, era muy difícil conseguir los vídeos en alta calidad sin tener que rehacerlos… pero puestos a celebrar el 30 aniversario del erizo con este título, sinceramente, se podrían haber tomado la molestia.
Como decimos, no es algo que impida disfrutar de él de forma brusca. Pero sí que es cierto que duelen los ojos cuando pasamos de gameplay a vídeo. Y mira que normalmente debería de ser al revés. Una triste pena.
Por desgracia, hay alguna que otra cosa que no termina de convencer en el juego y eso son las físicas de los saltos. Aún no se pulieron lo suficiente como las que vimos en Sonic Generations, y puestos a tocar código, habría sido una buena sorpresa ver que las habían implementado en este. Pero no ha sido así. Os costará adaptaros un poco a los brincos de nuestro erizo porque son algo… especiales. Por suerte, una vez lo hagáis, será más fácil ir a los sitios complicados del juego.
Conclusiones del análisis de Sonic Colours Ultimate
Esta remasterización hace mucha justicia sobre un juego que ya inició una buena época para el erizo azul de SEGA. El juego dio pie a los nuevos personajillos del mundo de Sonic y los incorporó con mucho acierto.
La jugabilidad, mezclando zonas en 3D y en 2D, consiguió un gran equilibrio entre velocidad, quick time events y plataformas y nos brindó zonas con carisma. Aquarium Park es un gran ejemplo de ello, o el Planet Wisp, que volvió a verse luego en Sonic Generations.
Los añadidos se introducen también de buenas formas. No son artificiales y complementan lo que ya había. Un nuevo wisp y un nuevo modo para poner (aún más) difícil el conseguir las esmeraldas del caos redondean un juego con mucho jugo y mucha rejugabilidad. Además, tiene modos multi, por si os aburrís, aunque no son las zonas en sí, sino otras especiales.
En definitiva, que quitando las físicas extrañas que ya tenía el de Wii (pero a las que te acostumbras) y los horrorosos vídeos de historia que te hacen sangrar en píxel, el título se ha mimado mucho. Un buen punto de inicio para los que no han jugado mucho a Sonic y un buen recuerdo para los que sí. Al menos, nos quitamos el mal sabor de boca de Sonic Forces…