Mezclar simulador con darte de leches online puede sonar jugoso y es lo que te encontrarás en estas impresiones de Comanche para PC.
Parece que están volviendo la moda de los simuladores de vuelo en este 2020. Con Microsoft Flight Simulator, el público se hinchó de hype, sobre todo al ver los análisis y sus tremendas notazas. Así que no es raro que compañías más humildes que Microsoft intenten rascar este nuevo pelotazo. Es el caso de Nukklear, que nos intentan sorprender con su simulador de combate recuperando de las cenizas una saga olvidada. Te cuento que me parece este primer contacto a través de mis impresiones de Comanche para PC.
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Aquí se viene a quitar el máster de piloto
Una cosa hay que tener clara. Comanche nació en 1992 con un simulador de combate muy competente. Es por ello que esta nueva entrega que actúa como su resurección no quiere que cojas uno de sus helicópteros y te lances al multijugador a lo loco. Teniendo esto en cuenta es normal vislumbrar que los apartados de «Tutorial» se resalten tanto y nos insistan en jugarlos antes de enfrascarnos en la batalla contra otros jugadores. Y la verdad, más nos vale completarlos… Porque sino es que la experiencia va ser un infierno y de los fastidiados.
Su condición de simulador no es una mera etiqueta para hacerse los chulos del colegio. Hay que tener muchos factores en cuenta al pilotar: Desde la gravedad, la infinidad de controles que tenemos que utilizar según cada ocasión, la oscilación del helicóptero, la altitud, la rotación… De hecho considero hasta necesario completar los tutoriales varias veces hasta poder controlar de forma instintiva el movimiento de la máquina.
Lo mismo sucede en combate. Disparar no es tan fácil como marcar un objetivo y que vaya el misil solo a hacer su trabajo. Tendremos que saber posicionarnos, hacer barridos, sacar el dron para perseguir a los objetivos más escurridizos y no quitar el rabillo del ojo del medidor de munición. Una vez nos hagamos con todo esto, entonces sí, culpable. Ya puedes saltar al resto de modos para demostrar cómo te has curtido.
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Buscar, competir y destruir
Comanche oferta muy pocos modos en esta build en early access. Uno de ellos es la campaña, que de campaña tiene el nombre y paramos de contar. Consiste en una serie de misiones y escenarios donde cumplir objetivos muy concretos, sin carga narrativa o arcade de ningún tipo. Destruir objetivos, defender posiciones, utilizar el dron para robar material… No negaré que las situaciones son variadas, pero la experiencia en general es anodina y le falta un par de vueltas más para hacerla interesante. Atufa a muestra de sabor para el multijugador desde lejos y no es lo que busca alguien que quiera disfrutar de una campaña en condiciones.
Y aunque el multijugador se nos venda como la piedra angular de la experiencia, no es que nos podamos hacernos tampoco demasiadas ilusiones. Es muy difícil encontrar una partida y solo hay dos modos disponibles. Uno consiste en defender posiciones de oleadas de helicópteros en cooperativo y el otro consiste en robar paquetes con los drones antes que el equipo contrario. Ambos modos son anodinos, repetitivos y carentes de gracia, más con helicópteros a los que el control exige tanto de nosotros.
Al menos podemos quedarnos que en lo técnico el juego saca un músculo impactante. Los diseños de los helicópteros mezclan lo moderno con una ensoñación futurista y los escenarios gozan de un mimo enfermizo por el detalle y la geografía. Hasta si nos acercamos con el dron a las unidades enemigas comprobaremos que también están recreadas al detalle, con un texturizado más que competente. De hecho, para jugar al juego en calidad Epic tendremos que tener una buena máquina o veremos como los frames por segundo tosen más que alguien con coronavirus.
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Errando desde la base del mismo concepto
En la mayoría de casos, cuando alguien analiza un producto en early access suele decir que tengamos paciencia, que los problemas que existan en la actualidad se podrán subsanar en el futuro. Con Comanche no lo tengo tan claro. Es un juego cuya premisa ya me parece errada desde el primer segundo. Hacer pasar por el aro a los jugadores por un control tan de simulador choca demasiado con una idea tan clásica de multijugador. Cuanto más si la campaña que ofertas es un mero trámite para ese multijugador anticuado.
Ya en los tutoriales notaba como el factor diversión era un ausente en toda regla. Pensaba, bueno, es el proceso de aprendizaje, ya vendrá lo bueno después. Pero es que la idea me sigue pareciendo nefasta a muchos niveles. Con un sistema de control mucho más arcade y otra filosofía de multijugador, podríamos hablar de un juego con potencial. Sin embargo, no creo que Comanche llegue nunca a buen puerto si no lo tiran abajo para rehacerlo de nuevo.
Una pena, porque se nota que en lo técnico tienen buenas manos y eso te queda claro por el mimo inyectado en todo lo que atañe a los diseños, modelos y escenarios. Mi consejo es que para el futuro se centren más en una de las dos cosas que intentar abordar en Comanche: Hacer un simulador puro de helicópteros de combate o un multijugador arcade donde prime la diversión antes que el realismo. Ambas cosas no, son como el agua y el aceite.