Ver a trabajar a Nobita parece casi un milagro, pero lo hemos conseguido mientras realizábamos el análisis de Doraemon: Story of Seasons.
Hay juegos de acción para cuando nos apetece soltar adrenalina. Hay hack’n slash para cuando queremos poner a prueba nuestros reflejos. Y hay otros que nos invitan a relajarnos, haciendo cosas tan mundanas pero reconfortantes como es el plantar nabos. Y a eso nos hemos dedicado para el análisis de Doraemon: Story of Seasons. Bueno, a eso y a varias cosas más, claro está.
La aventura de un niño y su gato robot
Fusionar el mundo de Story of Seasons y Doraemon, de buenas a primeras, parece una mezcla rara. A fin de cuentas, gracias a Doraemon prácticamente todo puede hacerse de manera automática con algún aparato. Por suerte, podemos ver como Nobita y compañía se ponen a trabajar en la bella tierra de Natura.
Y es que en principio, pensé que este título ofrecería una especie de «capricho» de Nobita por volverse granjero, y que por tanto la necesidad de cuidar de una granja no iba a quedar realista, pues al fin y al cabo, podrían volver en cualquier momento. Pero no. Natura está vete a saber dónde, son arrastrados allí de casualidad y Doraemon, como viene siendo costumbre en los momentos de crisis, pierde la mayoría de sus aparatos. Por tanto, hasta encontrar el modo de volver a casa, tocará darlo todo cual labriego.
El recurso de guión para esto, como puede apreciarse, es bastante simple, pero efectivo, y hace que te quieras dedicar en cuerpo y alma a cuidar tu granja. Sí, en Natura tenemos una ciudad con su clínica y sus cosas, pero aquí todos arriman el hombro, así que si se quieren quedar allí, toca ayudar. Y ver al perezoso de Nobita esforzarse por ello te toca la vena nostálgica.
Además, la narrativa recuerda enormemente a la usada en películas de la franquicia, por lo que si estáis acostumbrados a verlas, os sentiréis parte de una.
Coge la azada y ponte a arar
Pero, claro, pensaréis, ¿qué nos encontramos con esta fusión de conceptos? Pues, simple y llanamente, un Sotry of Seasons con personajes de Doraemon. Sí, vale, gracias Capitán Obvio y todo eso. Pero es que es la pura verdad, dado que las mecánicas del juego son exactamente iguales a las de otros Story of Seasons. Tenemos nuestra barra de energía que va bajando con cada acción, podemos comprar distintos animales para cuidarlos y ganar oro con ellos, podemos pescar, aumentar nuestra granja… vamos, como hemos dicho, lo típico.
Si hay algo en lo que se diferencia respecto a esa saga antes nombrada es que el tema de las relaciones lo tiene bastante limitado. En Story of Seasons puedes buscarte una pareja, formar una familia y demás para que te echen una mano en tus labores. Aquí, tal y como explicó la compañía hace tiempo, estos elementos se han desechado. Ni romances ni matrimonios. Cosa que agradecemos porque casar a un niño de diez años queda un tanto raro. Y turbio. Sobre todo turbio.
Así que básicamente estamos en un simulador de granja. Muy simpático, eso sí. A fin de cuentas, tenemos viejos conocidos, como son Doraemon, Shizuka y compañía, y los habitantes del pueblo para conocer más a fondo. En especial en los eventos marcados en el calendario, donde el pueblo y sus habitantes adquieren nuevas tonalidades que da gusto explorar.
Colores en el viento
Artísticamente hablando, Doraemon: Story of Seasons es una auténtica cucada. Los tonos de los personajes y escenarios recuerdan a un cuento infantil que te saca la vena tierna. El uso del marco desdibujado, haciendo que parezca un sueño le suma un toque más para conseguir esto. Y, bueno, el diseño de los entornos está bastante logrado, diferenciando bien sus elementos, sin llegara saturar demasiado la pantalla.
El diseño de los personajes es el propio de las aventuras de Doraemon. Así que mal que nos pese, muchos de los nuevos personajes nos recordarán a otros comunes a la serie, como es el caso de la dueña de la tienda de pollos, cuyo diseño se asemeja enormemente a la de la madre de gigante. Pero, a fin de cuentas, es su estilo y no podemos ponerle una pega por ello.
Sí que podemos ponérsela a que los personajes, en ocasiones, vieran las líneas de sus contornos demasiado difusas. A la par que podemos decir lo mismo de alguna que otra ralentización en el modo portátil. Se han dado pocos y tampoco ha molestado en demasía, pero hay que comentarlo, claro.
En cuanto a la música, va muy acorde con el título. Hace uso de melodías suaves, que buscan relajarte, como queriendo transportarte a un lugar recóndito del bosque en el que disfrutar del sosiego de la naturaleza, aunque en ocasiones se torna un tanto repetititva. También podemos hablar de las voces de los personajes. Porque sí, tenemos a los actores de doblaje originales en japonés para el juego, que si bien no narran todas las frases, saben darle sentimiento en los momentos en los que tienen que lucirse. Una pena no haber podido disfrutar de nuestros grandes actores de voz.
Conclusiones del análisis de Doraemon: Story of Seasons
¿Revoluciona este título el estilo de Story of Seasons? Pues no, un Story of Seasons va a tener más contenido. A fin de cuentas, aquí quieren engacharnos trayéndonos a Doraemon & Cía. Y esto es en lo que hay que centrarse a la hora de jugarlo. Lo disfrutas porque quieres ver a estos personajillos paseando por el pueblo de Natura. Es sencillo, es agradable de ver y nos da la posibilidad de gestionar nuestra propia parcelita.
Traer un juego de este estilo es cuanto menos arriesgado, aunque Bandai Namco no se ha cortado en los últimos años a la hora de traernos títulos basados en animes conocidos. Y cuando traen un juego tan notable como este, pese a sus fallos, hay que agradecerlo. Así que toca preparar el bolsillo mágico.