¿Qué ocurre cuando sacas a Spider-Man de su ciudad natal? Pues que tenemos nueva película, y con ella nuestra crítica de Spider-Man: Lejos de Casa.
Vengadores: Endgame, pese a ser para muchos un tanto más flojita que su predecesora, dejó el listón bastante alto. Muchos fans, de hecho, decidieron bajarse del barco del UCM tras su conclusión. Sin embargo, los planes de Marvel continúan más allá. Si bien estas películas no inician el nuevo ciclo aún, sí que sirven de epílogo a esta última fase, tal y como han comentado en multitud de ocasiones. Por lo tanto, queda en nuestras manos realizar una crítica de Spider-Man: Lejos de Casa. Sin spoilers, claro está.
Una araña perdida en una telaraña de dudas
Veamos, esto va a ser complicado. Daré por sentado que, al menos, la mencionada antes arriba la habéis visto. A fin de cuentas, no verla es tragarse el gran spoiler de esta durante toda la película. Con esto en mente, cabe decir que, evidentemente, es tremendamente continuista con los hechos del anterior film. Hay que ser consecuente, al fin y al cabo, algo así no deja indiferente a nadie.
El problema que nos encontramos es que quizás este film sea demasiado light en lo que se refiere a trama. No es una película de presentación, por lo que cierta falta de intensidad en la trama se echa en falta. Casi se puede decir que su papel de película «de transición» es demasiado evidente. Hay que asentar las bases para lo que viene, sí, pero lo hace de manera demasiado artificial, demasiado simple.
Durante casi prácticamente toda la película vemos como Peter va dando tumbos aquí y allá, dándonos a entender en contadas ocasiones esas dudas que le asolan tras la muerte de Tony Stark. Es normal, al fin y al cabo, estaban muy unidos. Sin embargo, se diluye demasiado con un montón de detalles inconsistentes, a la par que un uso, a mi parecer, excesivo en lo que al humor se refiere. No llega al nivel de ridículo de Thor 3, pero constantemente tenemos algún intento de gracieta que rompe el momento. Ya no sólo cuando la película es más pausada, sino cuando se va acercando el clímax del film. Son gags bastante gratuitos y forzados, que no llegan a calar en el espectador por su reiteración.
¿Es todo malo bajo el velo de Mysterio?
Todo ello, unido a unas cuantas decepciones personales, han hecho que me desinflase un poco al verla. Iba con expectativas, a fin de cuentas, se trata de Spider-Man, el ojito derecho de Marvel, pero la cosa no ha salido, a mi gusto, del todo bien. Pero quedarme sólo con esto sería un tanto injusto por mi parte. La película tiene también sus cosas buenas.
Primeramente, aunque suene quizás irse a lo más básico, los efectos especiales están muy conseguidos. Hay escenas en las que los recursos son tales que apabullan, y sin lugar a dudas son uno de los caramelitos de la película. Dan ganas de perderse en cada tono de color, cada secuencia mostrada. No llega a los niveles, por ejemplo, de lo visto en Doctor Strange pero sí que hay que tenerlos en cuenta.
Por otro lado, tenemos las actuaciones. ¿Qué se puede esperar de los elegidos por la fábrica de las ideas? Pues grandes cosas. De Tom Holland no hace falta decir mucho. El joven actor lo clava en cada escena, ya sea de un tipo u otro. Pero no es el único que destaca con luz propia, culpables. Jake Gyllenhall, el actor que encarna al enigmático (nunca mejor dicho) Mysterio tiene un no se qué que te mantiene pegado a la pantalla cuando él sale. Su actuación mejora cada momento de la película, no cabe duda. La química que se muestra entre su personaje y el interpretado por Holland puede palparse desde el primer momento.
Preparando el pasaporte para el viaje
Puedo concluir que quizás Spider-Man: Lejos de casa no era la película que queríamos, pero sí la que necesitábamos en este momento. ¿Cómo puedo decir esto tras, prácticamente, ponerla a caldo? Sencillo, venimos de los grandes finales de las anteriores películas, y lo que venga tras ello tiene aún que macerarse para poder mostrarse al público.
Por ello, era bastante complicado ver un despliegue monumental en todos los aspectos. Ahora, lo que toca, es ir cerrando cabos sueltos, e ir abriendo las posibilidades a lo nuevo que esté por venir. Puede que sea un tanto irregular, pero Spider-Man: Lejos de casa consigue eso, tanto en el film como con sus escenas post-créditos. Tenemos una araña que aún está, pese a todo, aprendiendo a andar. Sólo hay que darle tiempo. La cuestión es si podremos esperar tanto.