Increiblemente, a pesar del ritmo lento en el que estamos inmersos, Boruto: Naruto Next Generation 44 me sigue gustando. Quizás porque no hay batallas esperpénticas y decepcionantes.
La saga en la que estamos metidos con Boruto: Naruto Next Generation 44 no me está disgustando para nada. He de reconocer que pese a que van más lentos que el caballo del malo hay cosas interesantes.
El tema de la realidad, lo relativo que es el bien y el mal e incluso las dudas que hay entre algunos de los ninjas de la aldea. Es una buena oportunidad para diferencias a los hijos de los padres. O para hacerlos aún más iguales.
Un capítulo de reflexiones
Ya tenemos a la mayoría de los personajes de esta saga presentados. Los ninjas que parece que van a tener más importancia en ella y, ahora, también los «malos». Sin embargo, más allá de presentarlos, esta vez nos están mostrando un poco qué hay detrás de ellos.
No es que nos encontremos ante unos planteamientos revolucionarios. El tema de nada es 100% bueno ni 100% malo está más visto que el proces catalá. Pero que lo aborden con esta tranquilidad en el anime se agradece. Al menos no da la sensación de que quieren meterlo todo de prisa y corriendo para llegar a las batallas.
Lo que pasa es que sí que es cierto que esperaba ver a un Shikadai algo más distinto de su padre. Pero por visto, es un calco de su padre. Y eso me molesta en cierta manera. Podrían aprovechar para darle un toque más original. ¿Es que no ha sacado nada del carácter de su madre?
Boruto, por su parte, parece que sigue con líos en su cabeza. Pero sí que es cierto que está más determinado que Shikadai. Aún así, se diferencia más de Naruto que Shikadai de Shikamaru.
Sin batallas, que no es malo
Por el momento esta saga no nos está dejando ningún tipo de batalla espectacular. Pero eso no es nada malo. Al contrario. Viendo el desastre que hubo en la anterior temporada, mejor así.
Pero dejando de lado la calidad de las futuras batallas, si no presentamos bien a los personajes y a la historia en sí, carecen de sentido. Un enemigo sin trasfondo, o que apenas tenga carisma no consigue que tengamos ganas de ver la batalla.
Pese a la animación que tuvo en su momento, el combate contra Pain fue de lo más esperado en Naruto Shippuden. Y sin embargo, el combate final fue algo que me comí porque había que terminar el anime. Y todo por el carisma de los enemigos.
Aquí aún no he encontrado a ese malo al que quiera partirle la cara. Pero todo apunta a que el líder de Noche Blanca, para variar, no va a ser trigo limpio. Quizás si siguen mostrándonos a los demás de esta forma, sí que le cojamos cariño. E igual algo de menos tirria que a Kagura por inútil y tontolaba.
A ver qué nos trae la semana que viene. Pero, oye. Al menos llevo tres capítulos sin quejarme. Y eso es todo un récord en este anime.