Fire es la nueva aventura para PC de Daedalic Entertainment, creadores de la saga Deponia y Blackguards, pero con un toque especial que la diferencia bastante de las aventuras point & click habituales. Por un lado tenemos el humor surrealista digno del mejor episodio de Bob Esponja y por el otro una presentación muy cuidada, tanto en los gráficos como en el sonido y también en el desarrollo de los puzzles.
Fire es la odisea en la que guiaremos a Ungh, nuestro prehistórico amigo, para poder devolver el fuego a su tribu. En la escena de introducción podemos ver como durante su noche de guardia se queda dormido y a la mañana siguiente no queda ni rastro de la hoguera. Inmediatamente es expulsado de la aldea y no le queda más remedio que emprender un viaje para encontrar una nueva llama y así poder volver con los suyos.
Una aventura gráfica sin diálogos
Uno de los puntos más originales de Fire es que incluso con la ausencia total de textos y voces consigue contarnos una historia divertida. Sí que es verdad que no vendría mal alguna breve explicación, al menos para saber como jugar, pero prestando un poco de atención a la primera pantalla lo entenderemos enseguida. A diferencia de la mayoría de juegos del estilo, aquí los objetos con los que podemos interactuar no destacan especialmente en el escenario, pero un simple toque a la barra espaciadora nos mostrará los elementos importantes de la escena.
A partir de aquí, todo es una sucesión de situaciones imposibles y mucha imaginación, tanto por parte de los creadores como por la nuestra. Los puzzles no son especialmente difíciles, pero nos van a exigir que utilicemos soluciones bastante creativas para poder avanzar. Y ese es uno de los puntos fuertes del juego, porque aunque cada reto tiene una sola manera de resolverlo, tendremos que ser capaces de pensar en métodos poco habituales para dar con la clave en cada momento. Por poner un ejemplo, no creo que poner un tapón de corcho en el culo de un dinosaurio sea la manera más común de hacerlo desaparecer, pero ahí está la gracia de lo imposible.
Fire ser bueno, pero Fire ser corto
Lo que menos me ha gustado del juego, por no decir lo único, es lo corto que se me ha hecho. Apenas tres horas para terminar los diez mundos o escenarios que componen el juego me parece un pelín justo, porque con lo divertido que es te deja con ganas de mucho más. Puede que necesitemos invertir algún rato más para completar los logros, pero aún así es corto. Lo bueno es que no hay dos puzzles iguales ni ningún tipo de repetición de mecánicas, sino todo lo contrario. En cada nueva pantalla necesitas explorar todas las posibilidades y, como ya he dicho antes, buscar la manera menos lógica y más loca de superar los obstáculos que Ungh se encuentre en el camino.
Mención especial se merece la música que nos acompaña durante todo el juego, una auténtica maravilla. Muy buenas composiciones que consiguen rellenar sin ningún problema todo el espacio que deja libre la falta de diálogos. En ningún momento se hace pesada, más bien todo lo contrario, pues es más probable que dejes de prestar atención a la pantalla para poder disfrutar de las melodías. Los efectos de sonido tampoco están nada mal y cumplen perfectamente a la hora de darle vida al mundo que estamos recorriendo.
Fire ser bonito, también
Desde un principio podemos apreciar que Fire está hecho con mucho cariño, ya que parece más una película de dibujos animados que una aventura gráfica. En este tipo de juegos estamos acostumbrados a tener fondos estáticos sobre los que destacan especialmente aquellos elementos que nos interesan, pero no es el caso que nos ocupa. En Daedalic han conseguido que todo lo que aparece en escena ayude a dar vida a la historia de Ungh y su incansable búsqueda del fuego. La variedad de escenarios es todo un acierto y hay más de un homenaje muy curioso a lo largo del juego.
Y aunque no podamos de hablar de un guión digno de Oscar, es tan imprevisible que te anima a seguir solucionando puzzles para ver en que otra nueva situación nos vamos a encontrar. Además, siguiendo con la originalidad del juego, en esta aventura no hay una troglodita esperando nuestro regreso ni nada por el estilo, por lo que me voy a permitir el lujo de pensar que todo es un cuento con una moraleja final: ya que la has cagado, mueve el culo y soluciona el problema.