Dragon Age: Inquisition ya está a la vuelta de la esquina, y por más que se empeñe EA en vendernos cosas de marketing superchulas, si el juego no va bien, nos cagaremos en ellos hasta el infinito. Afortunadamente, parece que no será el caso, ya que se está preparando un parche día uno para solventar los bugs que están sufriendo algunos analistas con la versión PS4 del juego.
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Por lo que cuentan en Polygon, durante la partida, el juego tiende a congelarse cada pocas horas, teniendo que hacerle un hard reset a la máquina. Esto no es un gran problema, pero sí que lo es el que cuando consigues arrancar de nuevo la consola, tu partida, con no pocas horas de juego, quede corrupta.
Ante temenda putada, los simpáticos analistas dieron la voz de alarma, y al parecer todo está relacionnado con la simpática actualización Masamune, la 2.0 de PS4, vamos. Tal y como hizo consigo misma, y con, por ejemplo, Destiny, la 2.0 jode algunas cosas de Inquisition.
Afortunadamente, parece que los ingenieros de Sony han localizado el problema, y llegarán a tiempo para no aguar la salida del juego, que viene a ser…ya mismo. Según la chupi Agenda de la web, el próximo día 20 lo tendremos en PS3, PS4, PC, Xbox One y Xbox 360. Crucemos los dedos porque a los bugs los haya absorbido El Velo…