Una veintena de grupos de consumidores de 18 países europeos se han unido contra las protestas contra las cajas de botín.
En el día de ayer, mi compañero Viñambres alertó de una cosa. Resulta que Diablo Inmortal, el videojuego de Activision Blizzard, está prohibido en dos países: Bélgica y Holanda. ¿El motivo? La inclusión de cajas de botín dentro del título. A colación de esto, varios grupos de consumidores han levantado la voz: hasta 20 asociaciones de 18 países diferentes se han posicionado en la línea de los gobiernos belgas y holandeses y han protestado su existencia.
Estas asociaciones están ayudando en la elaboración de un documento llamado «Insert Coin: How the Gaming Industry Exploits Consumers Using Loot Boxes». La iniciativa la está llevando a cabo el Consejo de Consumidores de Noruega, y entre las medidas, los grupos piden «la prohibición de diseños engañosos, protección extra para los menores y transparencia en las transacciones». El documento también habla de mecanismos «depredadores» que «fomentan la adicción».
Las legislaciones belgas y holandesas han dado un gran paso en la prohibición de estas prácticas, pero esta es la primera vez que son los propios consumidores los que se reúnen y levantan la voz contra ello. Además, en una campaña coordinada con un organismo institucional, por lo que es algo a tener en cuenta.
Entre los países entre los que se encuentran estas asociaciones figuran Austria, Bulgaria, República Checa, Francia, Dinamarca, Alemania, Grecia, Islandia, Italia, Letonia, Holanda, Polonia, Eslovenia, Portugal, Suecia, Suiza y España.
¿Y qué son las cajas de botín? Son esos mecanismos que se basan en el azar para obtener consumibles para el juego. En Overwatch, por ejemplo, solamente contienen elementos cosméticos, como trajes, poses o iconos. Pero en juegos como FIFA 22, donde el azar puede hacer que obtengas mejores jugadores, sí que se aprecia más la evidencia del peligro.