La naturaleza puede ser hermosa y extremadamente cruel al mismo tiempo. Eso es lo que explico en este análisis de Rain World para PlayStation 4, un original plataformas, bonito y crudo.
Os traemos el análisis de Rain World para PlayStation 4. El análisis de este juego se aleja de cualquier otro título que haya analizado previamente, ya que Rain World difícilmente se puede comparar con otros títulos. Es único, es endiabladamente difícil, para bien y para mal, y por ello, su análisis se alejará de la estructura que suelo seguir.
LA CRUDA LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA
Todos hemos visto los documentales de “La 2”, esos que siempre iban sobre leones, en los que nos mostraban las penurias que estos felinos pasaban para poder sobrevivir (o las penurias las pasaban las cebras, según se mire). Los mundos post apocalípticos también es algo que casi todos conocemos, un ejemplo claro de ello podría ser Fallout.
Os preguntaréis porque os hablo de las crónicas felinas de “La 2” y de Fallout en un análisis de Rain World, pues bien, la respuesta es sencilla. Rain World es el resultado de combinar la hostilidad de esos dos elementos y un ingrediente extra; una tormenta tropical de nivel súper saiyan 3.
Rain World nos pone en la piel de una especie de comadreja blanca, muy mona ella, que se ve separada de su manada y obligada a sobrevivir en un entorno hostil y desesperante, no solo para nuestra ardilla, sino para el propio jugador. El juego apenas nos da indicaciones sobre el funcionamiento de todo lo que nos rodea y los efectos de nuestras interacciones. Todo se basa en un proceso de ensayo y error, tendremos que probar y probar para aprender.
Estéticamente, el mundo de Rain World es una maravilla. El mapa es una especie de paisaje industrial en ruinas, invadido por la naturaleza y los depredadores. El estilo pixelado y la mezcla de colores logran un estilo único y perfecto para la ambientación del juego. Tendremos que avanzar a través de un extenso y salvaje mundo en dos dimensiones, con una gran cantidad de áreas interconectadas entre sí por tuberías y conductos.
El avance en Rain World no es lineal, de hecho no hay un orden establecido para avanzar. Sin duda, habrá muchas ocasiones en las que nos frustraremos intentando hallar una manera de progresar por este precioso vertedero. Así es como resumiría la ambientación de Rain World; un precioso vertedero azotado por una lluvia asesina.
La mecánica del juego se basa en sobrevivir mientras avanzamos para alimentarnos y acumular comida. Luego tendremos que buscar un lugar seguro para hibernar, y así progresivamente. La hibernación es necesaria porque cuando llega la lluvia solo podemos buscar un refugio y echarnos una larga siesta hasta que amaine, y luego, repetimos el proceso. Cada vez que hibernamos avanzamos un grado en una escala de karma. Los refugios servirán como punto de guardado y nuestro progreso en la escala de karma nos abrirá acceso a nuevas áreas del mapa.
La lluvia, como el título del juego nos indica, es un elemento clave en el desarrollo pero no será el único peligro que enfrentemos. El mapa estará habitado por diferentes tipos de depredadores que tratarán de darnos caza. Sus apariciones serán aleatorias y muchos de ellos podrán matarnos con alcanzarnos una sola vez. Para colmo de males, estos enemigos no se limitarán a áreas específicas, sino que nos seguirán por las diferentes secciones del mapa.
Sin duda, la experiencia de supervivencia está muy conseguida. Incluso puede que para algunos jugadores sea excesiva y frustrante. La dificultad puede llegar a emborronar la diversión y el entretenimiento. Otro ejemplo de esta dificultad desmedida es la poca explicación que tenemos sobre el entorno. Para aprender tenemos que arriesgarnos y probar el funcionamiento de objetos y demás elementos. En muchas ocasiones, esto supone morir y perder horas de avance. Esto puede hacernos perder el interés por jugar si no somos del tipo de jugador que disfruta con los retos más exigentes.
Podemos interactuar con diferentes tipos de objetos. Algunos de ellos servirán como armas, lanzas o piedras por ejemplo. Otros nos servirán de alimento o nos concederán ciertas ventajas, animalillos o frutas respectivamente. Como era de esperar, el juego no nos indica que ventajas obtenemos, por ejemplo, al comer una fruta. Tendremos que descubrirlo nosotros mismos.
Los controles pueden convertirse en otro enemigo a batir. No son tan liosos como para despertar el descontento (excesivo en mi opinión) que provocaron Trico y compañía en su momento, pero sí que tienen algunos fallos. En algunas ocasiones nos harán caer directos a las fauces de los depredadores, o despeñarnos desde una plataforma. Por otro lado, el movimiento errático y, en algunas ocasiones, antinatural de los enemigos nos pueden jugar malas pasadas. En general les falta algo de precisión, pero no es algo para alarmarse.
En conclusión, Rain World es una idea muy atractiva y original. Es un plataformas 2D con carácter propio y que consigue alejarse de los estándares. A nivel de jugabilidad, aspecto y ambientación es único. Para los jugadores exigentes con el nivel de reto será una auténtica delicia pero, para el jugador estándar puede llegar a ser muy frustrante.
Ese es el mayor defecto de Rain World, lo desmedida que puede llegar a ser su dificultad. La injusticia que sentimos cuando nos matan una y otra vez puede empañar el resultado final. Digamos que Videocult ha estado a punto de lograr una auténtica joya, pero aún le quedaban asperezas que limar.
Si te has quedado con ganas de más plataformas molones échale un ojo a este reportaje sobre los 10 juegos plataformas más monos de la historia, te hará vomitar arcoiris.